Eutanasia, obispos Australia: no abandonaremos a quienes amamos
María Cecilia Mutual – Ciudad del Vaticano
“No abandonaremos a aquellos que amamos y que creemos que tienen el derecho de ser amados desde el inicio hasta el final de su vida”: escriben los obispos de las cuatro diócesis australianas, (Melbourne, Ballarat, Sale, Sandhurst), en las cuales hoy entra el vigor la ley sobre la muerte voluntaria asistida Vad (Voluntary Assisted Dying Act).
Los prelados, en respuesta a sus fieles sobre cómo comportarse a partir de hoy, han redactado una carta y un documento titulado “We care”, que ofrece dos modelos y tres indicaciones sobre cómo ser objetores de conciencia en esta situación.
Dos modelos: un campesino y una mamá
Franz Jägerstätter, campesino y sacristán, fue condenado a muerte en 1943 por negarse a alistarse en el ejército nazi. Conocido por su resistencia no violenta al Führer, se convirtió rápidamente en ejemplo para tantos jóvenes. Fue beatificado el 21 de mayo de 2007 por voluntad del Papa Benedictro XVI en Linz, Austria, su tierra natal. Gianna Beretta Molla, médico y madre, prefirió morir antes que aceptar tratamientos que pudieran perjudicar al niño que llevaba en su seno. Fue canonizada por Juan Pablo II en el 2004.
Rezar, informarse y cuidar
Las tres indicaciones que proponen los obispos australianos del Estado de Victoria se refieren, en cambio, a la manera en que quienes se oponen en conciencia a la nueva ley pueden acompañar a las personas que sufren.
En primer lugar, rezando por las personas que piensan que "quitarse la propia vida es la única posibilidad que nos queda" y porque sabemos cómo "responder con compasión y valentía" al sufrimiento.
En segundo lugar, la información. Descubriendo lo que la Iglesia dice sobre la eutanasia y los cuidados paliativos, y leyendo y escuchando las historias de las personas que han elegido este tipo de camino.
Finalmente, actuar, cuidando a las personas vulnerables. Enfrentando concretamente los desafíos que nacen de soledad, de la pérdida de sentido de la existencia, de cuestiones de la dignidad al final de la vida. Para ayudar a las personas en fases terminales los prelados sugieren que se ponga en contacto a las personas con enfermedades terminales con instalaciones adecuadas para responder a sus necesidades de cuidados, especialmente si se trata de cuidados paliativos.
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