Venezuela. Obispos al gobierno: enfrentar pandemia no sólo desde lo militar
Griselda Mutual – Ciudad del Vaticano
La pandemia del coronavirus ha alcanzado también a Venezuela, país que ya desde antes sufre una dramática situación en sus estructuras sanitarias, además de escasez de medicinas, alimentos y otros servicios básicos. Según los datos del gobierno, el país cuenta ya tres muertes a causa del Covid-19 y 135 contagios.
Urge afrontar la situación en todas sus facetas
Los obispos, preocupados por la condición de vulnerabilidad que atraviesan los ciudadanos, escribieron un mensaje este lunes 30 de marzo en el que solicitan a las autoridades nacionales y locales atender la situación antes de que se pueda agravar más:
“El ejecutivo nacional no debe manejar la situación solo desde lo militar y policial. Urge la participación, asesoría y dirección de personal médico y científico cualificado, cualquiera que sea su condición social y política. También es importante dar medidas fiscales que ayuden a enfrentar la situación. No basta decretar y ejecutar unos bonos solo para unos pocos”.
Ya en días pasados los prelados habían pedido a los ciudadanos acatar las directrices emanadas por el Ejecutivo Nacional para evitar la propagación de los contagios de Covid-19. Sin embargo, en medio de la diatriba política y de la situación de emergencia sanitaria y socio-económica, resulta evidente que se necesita más que medidas restrictivas para proteger a la población. La gasolina, por ejemplo, sólo es distribuida a personal médico, militar y policial, pero algunos médicos han denunciado que colectivos chavistas tienen prioridad para cargar el combustible. Además, y, tal como confirman los obispos en su carta, han sido otorgados, por decreto presidencial, bonos para asistir “a unos pocos”.
Cumplir directrices para prevenir el contagio
En la misiva los prelados manifiestan su voz de aliento y admiración “hacia las autoridades sanitarias, médicos, enfermeros y enfermeras, personal de protección civil, bomberos y voluntarios” por el trabajo que están desarrollando. A todos llaman, y sin excepción, “a cumplir con las directrices” que se están dando “para prevenir, para atender a los posibles contagiados y a los enfermos con este virus”. Una de las exigencias actuales que hemos de cumplir, - subrayan – es el permanecer en nuestros hogares”. Es un tiempo que “debe ser aprovechado para fortalecer la convivencia familiar, el diálogo de los esposos entre sí, de los padres con los hijos y, además para mostrar que la familia es la célula básica de la sociedad y de la misma Iglesia”, afirman.
Peligro de violentos estallidos sociales
Por otra parte llaman a todos a manifestar juntos la común preocupación por la situación actual y a abrirse a la solidaridad y ayuda mutua: “Esta situación está haciendo sufrir a los venezolanos, especialmente a los más pobres, y conlleva el inminente peligro de violentos estallidos sociales”.
Además de dirigirse a las autoridades nacionales y locales para que atiendan la situación no sólo desde lo militar y policial, para se tomen medidas fiscales, y se haga participes al personal médico y científico “cualquiera sea su condición social y política” en el enfrentamiento de la pandemia, señalan la necesidad de “corregir la pecaminosa y escandalosa praxis de quienes, aprovechándose de lo que está sucediendo, suben indiscriminadamente los precios de los artículos de primera necesidad para la población”.
No manipular conciencias sino soluciones concretas e inmediatas
Recordando a los dirigentes políticos el pedido realizado más veces de escuchar al pueblo, aseveran que “la angustia de estos tiempos de crisis sanitaria no debe ser aprovechada ni para manipular conciencias, ni para pensar en componendas ni para pelear con descalificaciones mutuas”.
“Para resolver los problemas económicos, políticos, administrativos, sociales y de abastecimiento ya existentes y ahora agudizados con la cuarentena por la pandemia, es preciso que todos los factores que interactúan en la vida nacional (políticos, sanitarios sociales, económicos, religiosos, patronales, educativos y gremiales), se sienten a dialogar y a ponerse de acuerdo a favor del pueblo. Así pueden llegar a SOLUCIONES CONCRETAS E INMEDIATAS frente a dichos problemas, y más ahora durante esta emergencia sanitaria, económica y social”.
Es tiempo de escuchar a los médicos y expertos en salud
Añaden que “se requiere evitar diálogos y encuentros superfluos, tranquilizantes de las conciencias de sus integrantes”.
“¿Acaso no es el tiempo para escuchar a los médicos, expertos en el campo de la salud, enfermeras y enfermeros para saber qué se debe hacer? ¿O a los productores, comerciantes y a los miembros de las comunidades ante la falta absoluta de la gasolina, la improductividad y paralización económica en el país, la escasez de medicamentos y alimentos? Ello requiere humildad, actitud de comprensión y sentirse miembros del pueblo a quien se sirve”.
Actuar para lograr consensos
Por lo dicho, (aquí el Mensaje Completo) la presidencia de la CEV realiza una apremiante invitación a “actuar para lograr consensos”, puesto que están convencidos que no se obtendrá “el imprescindible apoyo internacional si en lo fundamental – escriben – no nos ven unidos y decididos a poner todo de nuestra parte”.
Ratificando el acompañamiento de Iglesia al pueblo los prelados agradecen el trabajo “silencioso y decidido” en estos tiempos de los sacerdotes, miembros de la Vida Consagrada y tantos agentes de pastoral:
“Con sus mensajes, sus jornadas de oración, su cercanía y su disponibilidad al servicio. CARITAS Nacional, las Cáritas diocesanas y parroquiales así como otros grupos de Iglesia en el campo de la acción social están presentes y ayudando a miles de hermanos”.
Que los hogares sean templos de oración
Por último, en relación a las celebraciones de Semana Santa, señalan que se han dictado orientaciones generales y que cada obispo en la propia Diócesis ha propuesto lineamientos precisos:
“Será un momento particular para ratificar nuestra fe y nuestra confianza en Dios, Padre misericordioso, y para identificarnos con el dolor de Cristo en la Cruz, dolor redentor que quita el pecado del mundo y sus consecuencias. Pero, a la vez, un momento que se abre a la fuerza liberadora de la Resurrección. Con las dificultades que podamos tener, en nuestros hogares convertidos en pequeños templos para la oración y la acogida de la Palabra, hagamos de esta Semana Santa una ocasión para crecer y fortalecernos como creyentes y ciudadanos, con la seguridad de que el Cristo de nuestra fe nos concederá la gracia de ser liberados de la pandemia del Covid-19”.
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