Chile. Comisión Pastoral del Trabajo en tiempos de Covid-19
Ana Ponce-Ciudad del Vaticano
El mensaje de la Comisión destaca, en primer lugar, cómo esta pandemia, que ha afectado a todo el mundo, ha eliminado "uno de los últimos velos que quedaban en un modelo social, cultural, ambiental y económico basado en la desigualdad, la falta de protección y el abuso". Los trabajadores siempre han sido víctimas de este modelo y ahora, que se ven obligados a encerrarse aún más en su individualidad, desconfiando de todos, debido a la campaña de comunicación desencadenada por la emergencia sanitaria, ahora que se ven obligados a cambiar su calidad de vida y sus hábitos, lo son aún más.
Además -dice el mensaje-, se ven obligados a vivir una consecuencia "aún más terrible que la propia enfermedad": "la amenaza de perder sus empleos, y con ello la falta de pago y de apoyo a la familia", lo que se suma al confinamiento forzoso (legítimo) que les impide encontrar la forma de ganar algo para ellos y sus seres queridos.
Los directivos de las empresas, considerando todo esto, han buscado una solución que no sea perjudicial para sus intereses, y para ello han contado con la ayuda de la propia Dirección Nacional de Trabajo, que impide que los trabajadores "reciban salarios en caso de cierre de la empresa o en los casos de bloqueos que impidan el acceso a las empresas en las que trabajan, dejando entonces la 'posibilidad' de recurrir a los Tribunales de Trabajo para encontrar una solución".
Por lo tanto, para resolver la cuestión de la falta de dinero, el gobierno ha presentado un proyecto de ley que permitirá a los trabajadores disponer de recursos suficientes para la alimentación, servicios mínimos y facturas. El trabajador, que no recibe su salario por ningún motivo, según este proyecto de ley, podrá utilizar el fondo de despido. En resumen, tendrán que usar sus ahorros para una futura indemnización por despido. "¡Qué solución!" dice la Comisión. Una solución, en la práctica, que no le costará nada al gobierno ni a los empleadores.
Pero como no se puede pedir al empleador que se separe de una pequeña parte de la fortuna que ha acumulado con el tiempo, gracias también a los esfuerzos de sus "colaboradores", y que acuda en su ayuda, se pregunta la Comisión para la Pastoral del Mundo del Trabajo. Sabiendo que "un gesto de esta magnitud sería compensado por sus 'colaboradores' que duplicarían la productividad de su empresa", recuperando así todo lo que se le ha dado y aún más.
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