Obispo Fabre: el racismo muestra el desprecio por la vida
Devin Watkins – Ciudad del Vaticano
George Floyd murió el 25 de mayo bajo custodia policial en Minneapolis, Minnesota. Esta situación ha generado protestas que en algunos casos han derivado en acciones violentas y destrucción de bienes. Igualmente, este momento difícil plantea cómo el racismo está enraizado en la sociedad norteamericana y la necesidad de encararlo para permitir que todos los grupos raciales que conviven en esa sociedad, logren vivir en dignidad.
Entrevista de Devin Watkins al obispo Shelton J. Fabre de Houma-Thibodaux
¿Podría describirnos la situación en América después de este último uso de fuerza mortal de un policía blanco sobre un afroamericano?
Hay muchas emociones que he escuchado pasar por las mentes y los corazones de la gente. Hay naturalmente un corazón roto y una tristeza de que continuamos luchando contra la pérdida de vidas en este país, debido al racismo. Hay una justa indignación y una justa ira que también se manifiesta porque, una vez más, es increíble que hayamos sido testigos de la muerte de otro hombre afroamericano que estaba bajo custodia policial y que se haya visto, una vez más, el desprecio por la dignidad de otra persona que suplicaba porque no podía respirar. No haber respondido a eso es algo increíble.
También creo que, con esta visión de las cosas, hay gente que dice: "¿Qué podemos hacer?" Creo que la gente quiere hacer algo. "¿Cómo puedo ayudar? ¿Qué podemos hacer?" Dentro de todo ese dolor, y toda esa lucha, y todo ese ultraje, y toda esa ira justa, también hay gente que está examinando sus propios corazones. Algunas personas están diciendo, "¿qué podemos hacer?" y son guiados por el Espíritu Santo. Muchas cosas están pasando alrededor de este tema en este momento. Hay disturbios civiles que incluyen desde, gracias a Dios, protestas pacíficas, hasta desafortunados disturbios y destrucción de propiedades que no apoyamos. Ciertamente pedimos que se ponga fin a eso.
¿Diría usted que la actual situación que se vive en los Estados Unidos, debido a los cierres y la disminución de los mismos, a causa de la pandemia, está contribuyendo de alguna manera a lo que está sucediendo en la sociedad en general?
Creo que está conectado, pero quiero decir que el racismo es algo con lo que en los Estados Unidos hemos estado luchando desde el nacimiento de nuestra nación. Racismo es creer que alguien es menos que yo porque es de una raza diferente a la mía. Quiero decir que las raíces de este problema se encuentran en una larga historia de lucha por abordar el racismo de manera constructiva y adecuada.
Creo que la actual pandemia, con el bloqueo, ha aumentado la frustración y la rabia. La pandemia reveló las realidades raciales que vive la gente de color en este país, especialmente los afroamericanos y cómo se han visto desproporcionadamente afectados por el virus debido al racismo sistémico, por cosas que han colocado a la gente de color en la posición en la que se encuentran. Muchos no tienen seguro médico. Muchos trabajan en la industria de servicios, y no tienen días de enfermedad. Muchos viven en condiciones en las que hay muchas generaciones que viven juntas, y el distanciamiento social no es posible. Todos esos aspectos de racismo sistémico se han sumado a la frustración.
Diría que mi primera respuesta sería sí y no. Sí, en que ves la frustración que surge porque la pandemia y la forma en que la pandemia ha afectado particularmente a las personas de color en el país, es la manifestación del racismo sistémico. Pero las raíces de la situación actual no se encuentran sólo en la pandemia. Son raíces profundas e históricas que forman parte del desprecio por la vida en este país y nuestra incapacidad o falta de voluntad para abordar el tema de la raza y el racismo.
¿Cómo está respondiendo la Iglesia de los Estados Unidos a la situación, especialmente teniendo en cuenta algunos de los actos de violencia que se han producido durante estas manifestaciones?
Ciertamente, no aprobamos la violencia. Hacemos un llamamiento a la protesta pacífica.
Se está prestando mucha atención en este momento a una cita del Dr. Martin Luther King, que dice que un motín es el lenguaje de los no escuchados. Aunque ciertamente condenamos la violencia de los disturbios, entendemos la frustración y la indignación de las personas que también participan en protestas pacíficas para intentar que la gente las escuche.
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