Los cuatro postulados del obispo de Matagalpa, antídotos de la pandemia
Isabella Piro-Ciudad del Vaticano
Dignidad humana, familia, libertad y justicia social: estos son los cuatro postulados que Monseñor Rolando José Álvarez Lagos, Obispo de Matagalpa, Nicaragua, señala como antídotos de la pandemia de coronavirus. "Una emergencia como la de Covid-19", escribe el prelado en una carta pastoral leída el 29 de junio, durante la celebración eucarística de la solemnidad de los santos Pedro y Pablo, "es derrotada en primer lugar por los anticuerpos de la solidaridad" que se apoya, precisamente, en estos cuatro principios básicos. Estos “encarnan los derechos, pero también las responsabilidades que el Estado y la sociedad deben asumir, así como los compromisos sociales urgentes hacia los más vulnerables, los pobres y los indefensos", especialmente dada la "crisis sanitaria, social, económica y política" que vive Nicaragua. "Si el rostro del país ha de ser nuevo - subraya la Carta - su construcción debe basarse en estos bienes", en estas "leyes naturales, inalienables e insustituibles" para la "reconstrucción moral de la nación".
Respeto, protección y promoción de la dignidad humana
Así pues, en primer lugar, Monseñor Álvarez Lagos sitúa "el respeto, la protección y la promoción de la dignidad humana" que "debe conducir a la construcción de una sociedad en la que se respeten todos y cada uno de los derechos humanos, tanto los de carácter civil y político como los de carácter económico, social y cultural, así como los relativos al medio ambiente".
Protección y promoción de la familia
El segundo postulado, en cambio, se refiere a la protección y la promoción de la familia "natural y tradicional": de hecho, "constituye el fundamento de la sociedad", es "patrimonio de la humanidad", "escuela de fe, escenario de los valores humanos y civiles", "lugar insustituible para la educación de los niños". En esta perspectiva, el Obispo de Matagalpa reitera que "es esencial promover auténticas políticas para la familia", en la medida en que representa "la estructura más apropiada para garantizar el bien integral necesario para su desarrollo permanente" de la humanidad.
La libertad de cada individuo
En el tercer punto, pues, el prelado sitúa la libertad, la que se ejerce en un Estado "democrático, dedicado al bien común, compuesto por hombres y mujeres que comprenden la naturaleza del servicio de la política" y en el que se garantiza "el equilibrio del poder, la transparencia y la eficacia administrativa". "El Estado - reitera el prelado - debe respetar la voluntad del pueblo libremente expresada en la elección de las autoridades que deberán responder ante el ciudadano y proporcionarle protección y asistencia contra aquellos poderes ejercidos de manera abusiva o arbitraria".
La justicia social
Estrechamente vinculada a la libertad existe, como cuarto postulado, la justicia social que "sólo puede alcanzarse sobre la base del respeto a la dignidad trascendente del hombre". "El principio y el fin de todas las instituciones es la persona -afirma Monseñor Álvarez Lagos- La democracia no sólo debe ser representativa, sino también participativa, inclusiva y comprometida con la búsqueda de oportunidades y el progreso para todos", especialmente para aquellos que sufren "pobreza y marginación". "Sin esta cara humana de la justicia social, la democracia tiene un perfil incompleto", añade el prelado. Por lo tanto, en una época de pandemia, en la que existe un riesgo creciente de "olvidar quién se ha quedado atrás" y de ser golpeado por el "virus del egoísmo indiferente", ha llegado el momento de "eliminar las desigualdades y reparar las injusticias", por ejemplo, "mejorando las condiciones de trabajo" y apoyando a los sectores de la salud y la educación.
Los sacerdotes en medio de la pandemia
Mirando, pues, el ministerio sacerdotal, el obispo de Matagalpa expresa su cercanía al "dolor" que afecta a tantos sacerdotes en este "momento difícil": a causa de la pandemia, de hecho, muchos de ellos tuvieron que reinventar su ministerio, tratando de permanecer cerca de los fieles a pesar del aislamiento necesario para evitar el contagio. El prelado define a los sacerdotes como "valientes" porque han demostrado ser "una Iglesia en salida", a pesar de las dificultades, y han encontrado "nuevas formas de evangelizar", por ejemplo, a través de las tecnologías digitales, para "transmitir esperanza" a todos los que sufren y están necesitados.
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