Celeridad en investigación de masacre de migrantes en Tamaulipas
Ciudad del Vaticano
La Red CLAMOR (Consejo Latinoamericano para los Migrantes, Refugiados y Víctimas de Trata), en una carta expresaron el “dolor e indignación ante la noticia de la masacre acaecida en Camargo, Tamaulipas, México el pasado 23 de enero, cometida presuntamente por grupos del crimen organizado contra 19 migrantes”. Y solicitan que se logre “esclarecer los hechos y circunstancias de la masacre de modo que un crimen de esta naturaleza, como otros ya sucedidos, no quede impune”.
La Red Clamor reúne a obispos, sacerdotes, religiosos, religiosas y laicos que, a lo largo y ancho de América Latina y El Caribe, buscan acoger, proteger, promover e integrar los migrantes, refugiados y víctimas de trata.
La masacre
El pasado 23 de enero, fueron hallados 19 cuerpos baleados y calcinados, de posibles migrantes guatemaltecos, la mayoría del departamento de San Marcos, de la República de Guatemala. En la nota, Red Clamor afirma que este crimen se suma a las masacres masivas y públicas de “hermanos centroamericanos en los años 2010, 2011 y 2012, ocurridas en las regiones de Tamaulipas y Nuevo León”.
Protección para migrantes
Asimismo, ha expresado su preocupación por la situación de todas las personas migrantes que cruzan por el territorio nacional mexicano, cuya “política migratoria y su actual gestión hasta ahora, no impide que las personas migrantes y refugiadas queden a expensas del crimen organizado en su intento de atravesar el territorio mexicano, cuando por razones de pobreza y persecución buscan salir de sus países de origen y salvaguardar su vida y la de sus familias”.
Red Clamor solicita que durante el trayecto que realizan los migrantes reciban una “mayor protección de parte de los Estados de los países por los cuales transitan”, modificando la política migratoria y la gestión. En este tipo de situaciones, Red Clamor se apela al sentido humanitario que los gobiernos de Guatemala y México han demostrado en otros momentos, situaciones de “necesidad y precariedad de los hombres y mujeres migrantes y refugiados”.
“Los hechos que se reportan en Camargo no pueden ser una estadística más de la impunidad y olvido. No debemos perder la memoria histórica de las masacres de San Fernando, Tamaulipas en 2010 y 2011, y en Cadereyta, Nuevo León, en el año 2012: Lo que no se sana se repite”.
En la nota Red Clamor solicita que se preserve “el cuidado de las familias de las víctimas. Sus nombres han sido publicados y eso las expone a posibles represalias de los traficantes de personas”. Que se “preserve y cuide la custodia y el trato a los cuerpos o restos encontrados”. También solicitan que inicie el proceso del caso y se llegue a la “verdad y a la aplicación de la justicia”, por último , exigen “justicia transicional en este caso y para miles de migrantes a los que les han sido violados sus derechos humanos”.
Al llamamiento se une la CEM
Al respecto, la Comisión Episcopal de Pastoral Social y de la Pastoral de Movilidad Humana de la Conferencia Episcopal mexicana afirman que el hecho de la masacre de los 19 migrantes en Tamaulipas se “suma a los tantos secuestros, desapariciones y masacres que bañan de sangre a nuestro país”.
En la nota de la Comisión, se afirma que este tipo de tragedias ocurren debido a la “implementación de políticas migratorias represivas y de persecución a las personas migrantes que solo buscan mejores condiciones de vida para sí y sus familias; seres humanos que son víctimas de sistemas de gobierno incapaces de crear condiciones favorables donde puedan vivir dignamente sin verse obligados a emigrar”.
Además, se afirma que “las políticas restrictivas de la migración y la militarización de las fronteras, que incluye la persecución de migrantes, han contribuido a profundizar la grave crisis que, en materia migratoria” vive México. Estas políticas favorecen a “grupos criminales obligando a las personas migrantes a recurrir a estos grupos al margen de la ley, para alcanzar el sueño de llegar a Estados Unidos”.
Nadie detendrá el flujo migratorio
La Comisión recuerda, que ninguna restricción gubernamental detendrá el flujo migratorio hacia los EEUU, al contrario, “empuja a los migrantes a tomar rutas de mayor riesgo. Cabe mencionar que, en muchos lugares de la República, los grupos del crimen organizado mantienen el control territorial”.
También, la Comisión Episcopal de Pastoral Social y de la Pastoral de Movilidad Humana pide al gobierno de México una investigación “exhaustiva de los hechos ocurridos en el municipio de Camargo, que lleven al conocimiento de la verdad. Que se persiga con todo el rigor de la ley a los responsables de estas barbaries y demás crímenes, particularmente en contra de las personas migrantes, que se brinde atención y protección a las personas migrantes que transitan por nuestro país, de conformidad con los derechos que les asisten como seres humanos”.
Asimismo, solicita que el gobierno establezca políticas migratorias justas, seguras y ordenadas que permitan a las personas transitar sin exponerse a los peligros que les representa el paso por México. Y piden que las fuerzas policiales y militares, en vez de perseguir a los migrantes se enfoquen en la “persecución de los criminales”.
Llamamiento a Comisión Nacional de DDHH
Y hacen un llamamiento a la Comisión Nacional de los Derechos Humanos, para que haga “recomendaciones precisas al Gobierno federal para que garantice los derechos de las personas migrantes en territorio mexicano; a los órganos de procuración e impartición de justicia” les piden celeridad y eficacia en las investigaciones. Finalmente, piden “en nombre de la justicia, la reparación integral del daño a los familiares de las víctimas y se les garantice el derecho que les asiste a conocer la verdad”.
Por último, la nota recuerda, que la Iglesia católica ha acompañado a los migrantes, desde que iniciaron las caravanas, atravesando México, y actualmente lo hace a través de sus más de 120 casas de migrantes, parroquias y conventos, con sus ministros, religiosas y laicos, a lo largo del todo el territorio nacional. Por este motivo, en la nota la Conferencia Episcopal, pide “fortalecer el contacto y generar reuniones al más alto nivel entre las instancias gubernamentales y eclesiales, para tratar estos impostergables asuntos que afectan también nuestra relación con hermanos países, particularmente de Centroamérica”.
La nota de los obispos mexicanos concluye recordando las enseñanzas del Papa Francisco, en la Encíclica Fratelli Tutti: “Lo ideal sería evitar las migraciones innecesarias y para ello el camino es crear en los países de origen la posibilidad efectiva de vivir y de crecer con dignidad, de manera que se puedan encontrar allí mismo las condiciones para el propio desarrollo integral. Pero mientras no haya serios avances en esta línea, nos corresponde respetar el derecho de todo ser humano de encontrar un lugar donde pueda no solamente satisfacer sus necesidades básicas y las de su familia, sino también realizarse integralmente como persona (n. 129)”.
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