En preparación a la Pascua, el Vía Crucis Laudato si’
Asia Galvani* – Venecia
El periodo de encierro ha provocado en muchos una sensación de soledad, de abandono y de separación del grupo de referencia. La presencia del otro ha estado demasiado a menudo mediada por una pantalla. Así, precisamente en los meses más duros de 2020, nació la idea, desde las bases del Movimiento Católico Mundial por el Clima (Gccm), de elaborar un Vía Crucis que pudiera enlazar las catorce estaciones de la práctica litúrgica con la encíclica Laudato si' del Papa Francisco. La intuición central era desandar el camino de Cristo hacia su muerte en la Cruz y luego la Resurrección para devolver una chispa de esperanza en el futuro. Así nació el " Vía Crucis Laudato si'".
El Vía Crucis a la luz de la Laudato si'
El Movimiento Católico Mundial por el Clima ha reinterpretado la práctica litúrgica del Vía Crucis a la luz de la Laudato si' ya durante la Cuaresma de 2020. La obra nació espontáneamente desde abajo, de la necesidad colectiva de rezar y encomendarse al Señor para tener la esperanza de superar la situación crítica que el virus ha creado a nivel planetario ya desde marzo del año pasado. Antonio Caschetto, Coordinador de los Círculos Laudato si' en Italia, atestigua: "Ha habido una gran implicación tanto a nivel de redacción de las meditaciones como a nivel de su utilización, y el fruto de este compromiso ha sido el gran número de personas que han participado en directo, a través de la web, en la práctica litúrgica del Vía Crucis. Es el inicio de un camino común que continúa hoy, un camino que nace en el surco de Cristo, que con la Cruz a cuestas nos dio la salvación".
Las meditaciones del Vía Crucis inspiradas en la Laudato si' tomaron forma gracias a la colaboración de numerosos equipos. La sinergia entre el Movimiento Católico Mundial por el Clima italiano y africano fue fundamental, apoyada por el grupo que se ocupa de la comunicación del Movimiento y por numerosos animadores y representantes de los distintos círculos italianos.
Las meditaciones vinculadas a cada una de las estaciones estaban conectadas con los temas de la Laudato si' y con la experiencia del momento particular de la pandemia que llevó a la reflexión sobre la fragilidad y el sufrimiento de todo el planeta. Las lágrimas enjugadas por la Verónica, por ejemplo, se yuxtaponen a las del pueblo sirio, a las lágrimas de los pobres. La muerte de Cristo en la Cruz también nos ha llevado a reflexionar sobre las numerosas muertes causadas por el coronavirus que ha puesto al mundo de rodillas.
Antonio Caschetto trabaja desde Asís en la formación de Animadores Laudato si' y, además de ser Coordinador de los programas italianos del Movimiento Católico Mundial por el Clima, forma parte de un equipo internacional de "Eco espiritualidad". Gracias a la experiencia adquirida en este ámbito, pudo ayudar a coordinar la redacción de las meditaciones del Vía Crucis. El objetivo de la iniciativa armoniza bien con una de las principales invitaciones del Papa en la Laudato si': «Tomar dolorosa conciencia, atrevernos a convertir en sufrimiento personal lo que le pasa al mundo, y así reconocer cuál es la contribución que cada uno puede aportar» (19). Es precisamente la opción de "transformar en conciencia dolorosa incluso nuestro pecado hacia el planeta" –atestigua Caschetto – lo que nos empuja más a escuchar el grito de la tierra y de los pobres".
La relación hombre-creación durante la pandemia
La lectura de la Laudato si' en el tiempo de la pandemia ha aportado nuevas perspectivas que revelan una vez más la actualidad y la emergencia de los temas propuestos por la encíclica. La estigmatización, en el Vía Crucis editado por el Movimiento Católico Mundial por el Clima, de las prácticas económicas y sociales injustas y la llamada de atención sobre los pobres y las diversas fragilidades que caracterizan al ser humano son aspectos que pueden ayudar a reactivar la conciencia, con la esperanza de que podamos comprender cómo incluso un pequeño gesto individual puede conducir a un cambio a nivel planetario.
La meditación de la última estación se centra, en particular, en la relación del hombre con la creación, una percepción que ha cambiado significativamente tras el período de confinamiento entre las paredes del hogar. Del sufrimiento surge también una clara señal de esperanza: "Esta epidemia es un auténtico peñasco. Debemos tomar nota de ello y al mismo tiempo – reza la meditación –b debemos sacar fuerzas de este momento de dificultad, para que este epílogo sea realmente un nuevo comienzo para nosotros". El difícil año que acaba de pasar para todos puede transformarse en una valiosa lección también a nivel de conciencia ambiental, un desafío que puede hacer evolucionar y madurar a la humanidad también en lo que respecta al cuidado de la casa común. Es necesario volver a mirar a la naturaleza como una aliada y no como una amenaza, y por eso el itinerario litúrgico siguiendo la Cruz de Cristo a cargo del Movimiento Católico Mundial por el Clima propone un camino de reconciliación con nosotros mismos y con lo que nos rodea, los hombres y el medio ambiente.
Crímenes contra la naturaleza
Las acciones humanas que dañan el planeta resultan ser, en muchos casos, verdaderos delitos también a nivel jurídico. Así lo subraya el profesor Marco Monzani, jurista, criminólogo y profesor universitario, que comenta la primera estación del Vía Crucis de la siguiente manera: "La indiferencia de Pilatos que marca nuestro tiempo frente a los crímenes e injusticias causados por una economía extractiva, que está dañando nuestra casa común y a nuestros hermanos, es fruto del miedo a ir contra corriente, a tomar partido entre los últimos y con los últimos, porque tomar partido cuesta mucho. Y así Pilato con su silencio entrega al inocente y lo entrega a otros para que lo crucifiquen".
El criminólogo destaca, por ejemplo, cómo la apropiación clandestina de los elementos naturales, de los que viven las tribus indígenas, por parte de las multinacionales es un delito muy grave. Monzani en el ensayo "La madre tierra está cansada", escrito a cuatro manos con Emilio C. Viano y dedicado precisamente al tema de los crímenes contra nuestro planeta, destaca cómo "las víctimas de las elecciones medioambientales queridas o causadas por el hombre siguen siendo poco reconocidas como tales por la opinión pública y los organismos de control formal y casi no son consideradas en absoluto por las decisiones políticas". La sociedad, tal como está organizada hoy, no va en busca de las víctimas. Deben ser las propias víctimas las que llamen la atención sobre un problema que la sociedad es incapaz de abordar por sí sola".
Marco Monzani, que también es presidente de la Asociación Italiana de Criminología (Aic) y miembro de la Junta Directiva de la Sociedad Internacional de Criminología (Isc), espera que pronto se produzca un cambio, para que se respete y apoye a los más débiles que necesitan ser defendidos y no atacados, "para que la madre tierra se convierta en un lugar de todos y para todos, también con vistas al bien de los que vendrán después de nosotros".
Un joven en cada estación
Cube Radio, emisora oficial del Instituto Universitario Salesiano de Venecia y Verona (Iusve), ha colaborado con el Movimiento Católico Mundial por el Clima en la creación de un Vía Crucis digital especial para la Cuaresma 2021, añadiendo a las meditaciones y textos de las catorce estaciones una serie de gráficos aptos para compartir en las redes sociales. "Con este servicio esperamos haber ofrecido a muchos jóvenes –explica el director de Iusve, don Nicola Giacopini – una oportunidad más para reflexionar y rezar en esta Cuaresma, tan marcada por las restricciones de la emergencia sanitaria".
En cada estación se ha puesto a un joven con ropa contemporánea, signo de participación en primera persona en el sufrimiento de Cristo y de cercanía a los más frágiles.
"Cada vez que aparece el madero de la Cruz – explica Marica Padoan, coordinadora del equipo gráfico de Cube Radio – aparece también un brote verde, signo de esperanza en la Resurrección, pero también una referencia al Libro de Ezequiel y al Evangelio de Lucas: "Si así se trata la madera verde, ¿qué pasará con la madera seca?"". El grupo de trabajo vinculado a la emisora académica de Iusve desarrolló el proyecto digital en colaboración con algunos profesores que apoyaron al equipo en el cuidado de la coherencia gráfica y pastoral: Luca Chiavegato, Federico Gottardo y Carlo Meneghetti, así como el responsable de la comunicación integrada, Michele Lunardi.
El Vía Crucis ha sido publicado en las redes sociales de Cube Radio y en la página web del Sector Ecología y Creación del Dicasterio para el Servicio del Desarrollo Humano Integral de la Santa Sede.
*Cube Radio - Instituto Universitario Salesiano Venecia y Verona
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