La Iglesia Católica de Bruselas solidaria con los refugiados ucranianos

Roberta Barbi - Ciudad del Vaticano

Más de 30.000 refugiados ucranianos, en su mayoría mujeres y niños que huyeron de su país devastado por la guerra, han llegado a Bélgica en los últimos dos meses. El cardenal Jozef De Kezel, arzobispo metropolitano de Malinas-Bruselas y presidente de la Conferencia Episcopal Belga, ha pedido a los fieles que se solidaricen con los refugiados.

Ayuda alimentaria y material para las familias ucranianas

La Iglesia católica de Bruselas se puso en marcha para acoger a los refugiados de Ucrania ya a principios de marzo, y el personal del Centro Pastoral empezó a prestar ayuda logística a las personas que se presentaron en el ex-hospital Jules Bordet. Aquí, los voluntarios han ayudado a distribuir comida y bebida a las personas que a veces esperan todo el día en la fila que rodea a la instalación de emergencia instalada en el Boulevard de Waterloo. Es una forma de apoyar a la Cruz Roja, a otras organizaciones y a personas que se mueven por un espíritu de generosidad hacia los refugiados.

Ayuda de las comunidades eclesiásticas

Desde finales de febrero, las unidades pastorales de la Iglesia en Bruselas también se han movilizado para acoger a los refugiados. En Anderlecht, el mismo párroco acoge a una familia entera de refugiados. En Etterbeek, una monja de habla rusa de las Hermanas de la Asunción ayuda como intérprete. En Uccle, un grupo se ha organizado para entregar ropa a los refugiados y participa en el reparto de comidas. El llamamiento de los obispos a toda la comunidad de fieles que quiera ayudar a los refugiados: además de los donativos, que siempre son bienvenidos, en la página web de Cáritas, se están llevando a cabo colectas de material en muchas parroquias y existe la posibilidad de acoger a menores o a familias enteras en sus casas, según la disponibilidad.