Letonia: Doce puntos para salir de la trampa de la dependencia
Mario Galgano - Riga
La "Casa de Belén" está en una de las zonas más pobres de Riga, con mucha violencia y drogadictos. La institución, dirigida por colaboradores de Cáritas entre otros, ofrece caminos a las personas que quieren liberarse de la adicción a las drogas o al alcohol: Alcohólicos Anónimos propone un programa de doce puntos a los interesados.
Cada año llegan unos 30 solicitantes en busca de ayuda, pero antes de ser aceptados en la Casa de Belén tienen que trabajar durante unas semanas en una granja de la fundación "Nova vita" en Olaine, a 30 km de la capital, donde siguen un curso de rehabilitación. La granja -con unas quince ovejas, una docena de pollos y el perro Rambo- es propiedad de la Arquidiócesis de Riga. Lejos de la ciudad y aisladas, estas personas tienen que ganarse el pan. Los voluntarios atienden a los sin techo, a los pobres y ayudan a los dependientes a librarse de su adicción. Las condiciones de vida en la casa son muy modestas, pero con la ayuda de la Obra Bonifacio, se han realizado muchas reformas, como el aislamiento y la calefacción en todas las habitaciones, la renovación de suelos y paredes, la reparación de las instalaciones sanitarias y la construcción de un atrio frente a la entrada principal.
El monasterio de las Hermanas Dominicas de Betania también hace una contribución. La hermana Hannah, una monja alemana que acompaña a los periodistas en sus visitas a obras de caridad en la ciudad, lleva años viviendo en Riga y habla letón con fluidez. Ante los micrófonos de Radio Vaticana - Vatican News dice que las tres monjas que viven actualmente en el monasterio están muy cerca de la población. Desde hace años gestionan un centro de acogida cerca del monasterio, y también tienen un depósito de ropa para los necesitados. Desde el comienzo de la guerra en Ucrania, las monjas dominicas llevan regularmente medios de subsistencia a la frontera polaco-ucraniana, y a su regreso llevan consigo a mujeres que han huido del país con sus hijos, que encuentran acogida y asistencia en el monasterio. La Obra de Bonifacio ha enviado 12.000 euros en ayuda a los refugiados de Ucrania.
Una voluntaria española al servicio de los más necesitados
Maripaz Díaz es una profesora española que se desempeña como voluntaria en Cáritas Latvia desde junio pasado, pero vive en Letonia desde 2006.
En los últimos años, como cuenta a Vatican News, se ha dedicado a la labor en las ONG. Es miembro del Opus Dei y, mientras se encontraba en Roma estudiando y trabajando, le ofrecieron trasladarse a Letonia para apoyar la misión de la Obra en dicho país. Entonces, buscó trabajo en su profesión y, desde entonces, trata de integrarse a esta nación.
Sobre la situación, explica que en Riga se concentra la mitad de la población de Letonia y es donde se encuentran casi todos los servicios sociales. En contraste, Maripaz narra que, hace unos años, organizó junto a sus alumnos un campo de trabajo en la zona de Curlandia, donde hay mucha pobreza y, sobre todo, problemas de alcoholismo, “que es lo que hace retrasar tanto el desarrollo de las personas”, puntualiza. También existen problemas de divorcio, de múltiples matrimonios, entre otros.
“Estuvimos ayudando a la Iglesia católica de Aizpute a arreglar todo y también estuvimos yendo a un asilo para conversar a los ancianos, y esto era lo que más les gustaba”, afirma. Casi todos los que han pasado allí porque sus parientes se han ido a Inglaterra o a Irlanda para vivir y se han quedado solos.
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