Guías ecológicas: el proyecto de las religiosas para la Casa común

Matthew Saganski

Observando todos los acontecimientos que se están produciendo en un planeta "sobrecalentado" y asfixiado, como los cambios repentinos en el clima, con olas de calor récord incluso en los meses de invierno, sequías, inundaciones, catástrofes naturales, pérdida de la biodiversidad con consecuencias como hambrunas y, por tanto, refugiados y desplazados, inseguridad económica y alimentaria a nivel mundial, la hermana Sheila Kinsey FCJM, coordinadora del proyecto Sembrando Esperanza para el Planeta (SHFP), llegó a una conclusión vinculante: “El momento de actuar es ahora”.

Nacido en el 2018, el objetivo del proyecto no es simplemente recabar información e intentar apaciguar una inquietud constante que sienten los habitantes de la Tierra en todas las latitudes, sino "tomar dolorosa conciencia, atrevernos a convertir en sufrimiento personal lo que le pasa al mundo, y así reconocer cuál es la contribución que cada uno puede aportar" (LS 19).

En su condición de coordinadora de la SHFP, la hermana Kinsey se ha comprometido tanto a centrar la atención urgente en las necesidades críticas del planeta, como a animar a las religiosas, y a todas las redes de personas vinculadas a ellas en diversas capacidades, a dar una respuesta activa y concreta al llamamiento del Papa Francisco en favor de la protección del medio ambiente.

"Nos dimos cuenta de la urgencia de la crisis global que afecta a nuestra casa común y sentimos que las religiosas están llamadas a ser las primeras guías en el camino hacia la curación. Tenemos que explorar todos los ámbitos en los que podemos ayudar a marcar la diferencia", afirma la hermana Kinsey, y añade: "He trabajado para reforzar las estrategias de creación de redes utilizando herramientas de enseñanza a distancia y en línea para fomentar los debates en pequeños grupos a través de seminarios web y talleres interactivos. De este modo, las religiosas ven recompensados sus esfuerzos y reciben nuevos estímulos y retos, así como ánimos para hacer más y mejor en el espíritu de la Laudato si'.

Fomentar el liderazgo mediante la participación de los miembros

La hermana Kinsey sigue investigando todas las formas en que las religiosas y sus conexiones pueden ayudar a marcar la diferencia. Su trabajo y su pasión tienen sus raíces en la guía del Papa Francisco, que en su encíclica Laudato si' aportó una rica espiritualidad ecológica que la religiosa Kinsey describe como "clara, formativa, inspiradora y práctica" y que, además, abarca todas las cuestiones de justicia social y medioambiental como integradas e interconectadas. "Como religiosas – comenta – antes de arremangarnos, miramos en nuestro interior y nos damos cuenta de que debemos dar testimonio del valor de nuestra misión. Debemos trabajar juntas como comunidad, porque esa será nuestra fuerza. Así que estoy intentando facilitar la interacción de las comunidades poniendo de relieve las buenas prácticas entre las congregaciones, ayudando a orientar el desarrollo de los recursos necesarios y destacando el trabajo que ya se ha hecho".

Para ayudar a amplificar este testimonio público del trabajo que los religiosos y las religiosas ya están haciendo en sus respectivas áreas de especialización, la hermana Kinsey ha aprovechado los recursos de la Plataforma de Iniciativas Laudato si' con el objetivo de unir a las comunidades y congregaciones de todo el mundo. "La Plataforma de Iniciativas Laudato si' es una estructura formidable y una manera maravillosa de facilitar la interconexión entre todos aquellos que son sensibles a las necesidades de la tierra y a los derechos de los pobres", explica la religiosa. "Nos ha ayudado a participar en la programación de forma sistemática. Estamos organizando un movimiento vivo y dinámico con un mensaje claro y colaborativo que evoluciona a medida que escuchamos profundamente el clamor de la tierra y de los pobres, y encontramos formas siempre diferentes de integrar nuestras respuestas”.

Actualizar la Laudato si'

En el espíritu de la sinodalidad y la solidaridad, la SHFP se compromete a vincular las necesidades de base con los niveles nacionales e internacionales: mediante la creación de instrumentos de encuesta y mapas interactivos para estudiar las campañas de sensibilización y acción directa con relación a los siete objetivos de la Laudato si'; haciendo que los miembros compartan sus experiencias y respuestas al grito de la Tierra y al grito de los pobres en el sitio web del proyecto de la SHFP; desarrollando seminarios web para compartir experiencias y establecer redes entre sus miembros, y utilizando la conversación y el diálogo para programas específicos de formación en defensa de los derechos; y compartiendo sus conocimientos y recursos combinados en la Plataforma de Iniciativas Laudato si'.

"Hay una clara motivación para el cambio – prosigue la coordinadora del proyecto – pero el margen de que disponemos es muy pequeño. Nuestras congregaciones internacionales son conscientes de lo que les ocurre a nuestros hermanos y hermanas de todo el mundo, y no queremos excluir a nadie, pero necesitamos conocer bien el lugar, la cultura, la gente y las necesidades específicas antes de entender cuáles son las prioridades. Al hacerlo, damos una respuesta que viene de nosotras mismas como personas que comparten un destino común, ‘todos estamos en el mismo barco, nadie se salva solo’ repite el Papa, pero también en términos de esperanza e instrumentos de la presencia de Dios. Con la guía del Pontífice y con todas las formas que tenemos de conectar con los demás, es posible desarrollar un proyecto que integre la espiritualidad con la práctica, para concretar y actualizar la Laudato si', en este texto ya están todas las respuestas, está el camino trazado para invertir el rumbo y precisamente salvar el planeta".