Custodia de Tierra Santa: Jerusalén debe ser una ciudad para todos y de todos
María Cecilia Mutual – Ciudad del Vaticano
“Jerusalén es un tesoro de toda la humanidad que no puede ser reducido a cuestiones de disputas territoriales y de soberanía política”: lo subraya en un mensaje el Patriarcado Latino de Jerusalén, mostrando preocupación “por las violencias que podrían desencadenarse y las imprevisibles consecuencias” a raíz de la decisión de la administración de Estados Unidos de reconocer Jerusalén como capital de Israel.
En el mensaje el Patriarcado evidencia el llamamiento del Santo Padre, en la audiencia del miércoles 6 de diciembre que, expresando profunda preocupación, ha invitado a no crear nuevos pretextos para otras violencia en Oriente Medio sino a preservar en la Ciudad Santa el Status Quo, que debería garantizar los equilibrios entre las comunidades religiosas de las tres religiones y entre las dos partes de la ciudad”.
Nuestro colega Amedeo Lomonaco entrevistó al Padre Ibrahim Faltas, franciscano de la Custodia de Tierra Santa, quien expresó su deseo de que Jerusalén sea una ciudad internacional abierta a todos:
“Jerusalén es una ciudad única y la comunidad internacional debe encontrar una solución con el fin de que esta ciudad internacional sea abierta a todos. No es una parte que declara que es la capital de Israel o de Palestina o de otros países. Jerusalén debe ser una ciudad para todos y de todos: ésta debe ser Jerusalén”.
Ante nuestros micrófonos el padre Faltas lanza un llamamiento:
“Traten de encontrar una solución para Jerusalén”. Jerusalén es el corazón del conflicto: una vez resuelto este problema pienso que realmente habrá paz en todo el mundo. San Juan Pablo II decía: “si no habrá paz en Jerusalén, será imposible la paz en todo el mundo”. No queremos que ahora haya una tercera revuelta. Yo espero que no. Y también Abu Mazen está en contra de la violencia y contra una tercera revuelta.
P - Jerusalén debe ser en realidad un símbolo nacional para Israel y para Palestina…
“Debe ser así. No para los palestinos y los israelíes sino que debe ser también un modelo de convivencia entre las tres religiones: cristianos, musulmanes y judíos. La ciudad vieja ya está llena de cristianos, musulmanes y judíos, que viven juntos: todos habitan juntos. Hay casas de judíos, de musulmanes y de cristianos: no existe en todo el mundo algo similar. La única solución es que exista una ciudad abierta e internacional”.
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