Los manifestantes siguen luchando contra el racismo sistémico
Por Francesca Merlo
La ira que siente la gente en los Estados Unidos, y en todo el mundo, se está canalizando en protestas. La gente se está reuniendo, marchando, arrodillándose y rezando en todo el mundo por George Floyd, un afroamericano de 46 años de edad que fue asesinado el 25 de mayo por un policía blanco de Minneapolis.
"No puedo respirar"
Las camisetas y las máscaras faciales recuerdan el grito de angustia de Floyd "¡No puedo respirar!": su petición de ayuda cuando el oficial Derek Chauvin presionó su rodilla contra el cuello de Floyd, un método que no está aprobado por la policía, pero que Chauvin utilizó durante casi 9 minutos. Chauvin ha sido acusado de asesinato en segundo grado en la muerte de George Floyd.
Los manifestantes insisten: “Black lives matter” (Las vidas de los negros importan)
Los carteles que se mantienen en alto dicen "Black lives matter". Esta frase expresa la verdad olvidada que da nombre al movimiento mundial que lucha activamente por abolir el racismo sistémico que ha contribuido a la muerte de tantos afroamericanos.
De hecho, sólo en los últimos diez años, los Estados Unidos han sido testigos de la muerte de un gran número de personas de raza negra a manos de agentes de policía. Las protestas que comenzaron un día después de la muerte de George Floyd son en recuerdo de todas esas víctimas y en honor de todos los que sufren el racismo a diario.
Desmantelamiento de la policía de Minneapolis
Como consecuencia de la muerte de George Floyd, la mayoría en el Ayuntamiento de Minneapolis se comprometió el domingo a desmantelar el Departamento de Policía. Prometieron crear un nuevo sistema de seguridad pública ya que creen que reformar el actual Departamento de Policía es imposible.
Los obispos responden
Los obispos católicos del país han condenado este "racismo sistémico", pidiendo justicia y advirtiendo que "el racismo no es algo del pasado".
El obispo Shelton Fabre, presidente del Comité Ad Hoc contra el Racismo de la Conferencia de Obispos Católicos de EE.UU. (USCCB), describió la "justa indignación y la justa ira" que se manifiesta debido a que "seguimos luchando con la pérdida de vidas como consecuencia del racismo".
Cada vida es sagrada
El Papa Francisco se dirigió a los fieles durante su Audiencia General del 3 de junio condenando "el pecado del racismo". "No podemos tolerar o hacer la vista gorda ante el racismo y la exclusión en cualquiera de sus formas y, sin embargo, afirmar que defendemos el carácter sagrado de toda vida humana", dijo.
Pero cualquier tipo de discriminación social o cultural en los derechos personales básicos por motivos de sexo, raza, color, condiciones sociales, idioma o religión, debe ser frenada y erradicada por ser incompatible con el designio de Dios.
Gaudium et Spes ("La Iglesia en el mundo moderno"), Vaticano II, 1965, #29
Al dirigir una liturgia en Roma el sábado, el cardenal americano Kevin Farrell señaló que "especialmente para nosotros los ciudadanos americanos, es una fuente de gran tristeza ver cómo la discriminación, los prejuicios y el odio por motivos raciales todavía persisten en nuestro país".
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