Alto al fuego en Myanmar beneficiaría a toda la nación

Ariana Pernía Paolini – Ciudad del Vaticano

Ante el conflicto civil que acaece en Myanmar, tras el golpe de Estado ocurrido en febrero del 2021, la Comisión Nacional de Derechos Humanos de la nación, antes conocida como Birmania, propuso iniciar un proceso de diálogo y mediación para “detener la crueldad del ejército contra la población civil, que está ante los ojos de todos; para permitir a la nación reanudar una vida social, con educación, asistencia sanitaria y desarrollo, de lo contrario se dirige hacia el abismo”, expresó el representante cristiano de la comisión, Joseph Kung.

El católico de Yangon que se desempeña como educador y fue el fundador de la primera universidad católica privada del país, indicó a la Agencia Fides que “es necesario que todos acepten un alto el fuego porque toda la nación saldría beneficiada, en primer lugar, la sufrida población civil y los desplazados internos, cuyo número no deja de aumentar. La nación se encuentra en estado de postración. Acudiendo a la mesa de negociaciones, las fuerzas populares podrán reiterar su exigencia de un gobierno civil”.

A este respecto, el académico aseguró que las fuerzas populares y las milicias étnicas controlan, aproximadamente, el 75 % del país asiático, “mientras que la zona central y las principales ciudades están defendidas por el ejército, que sigue siendo muy poderoso, con armamento pesado”. Frente a la beligerante situación, la comisión hizo un llamado a entablar el diálogo, petición que también nace desde la Asociación de Naciones de Asia Sudoriental (ASEAN), la cual propuso realizar una conferencia de paz.

Bajo este contexto, el Centro Regional de Información de la Organización de las Naciones Unidas (ONU), especificó que, luego del levantamiento militar que ocurrió en el 2021, un aproximado de 18,6 millones de personas, es decir, un tercio de los habitantes del país, requieren de asistencia humanitaria urgente; aunado a esto, indicó que los ataques a civiles y las campañas de reclutamiento forzado, causaron un desplazamiento generalizado de más de 2,8 millones de personas.

Por tal motivo, el representante Kung, aseveró que la comisión “puede desempeñar un papel de puente y ser un órgano que ayude a iniciar un proceso de diálogo y mediación”, a fin de poner fin al conflicto que aflige a toda la nación.