Papa a líderes de Sudán del Sur: "no me cansaré de repetir que la paz es posible"
Mireia Bonilla – Ciudad del Vaticano
“Es muy importante recordar que "paz" fue la primera palabra que la voz del Señor pronunció a los Apóstoles después de su dolorosa pasión y después de haber vencido a la muerte” ha recordado el Pontífice a las autoridades civiles y eclesiásticas de Sudán del Sur reunidas en el Vaticano, asegurando que él también les dirige “el mismo saludo” y espera que estas palabras “resuenen en el cenáculo de esta Casa como las del Maestro, para que todos puedan recibir nuevas fuerzas para llevar adelante el progreso deseado de su joven nación” y sea posible “encender una nueva luz de esperanza para todo el pueblo de Sudán del Sur”.
Un retiro para estar juntos ante Dios y discernir su voluntad
“Aquí no se trata de una habitual y común reunión bilateral o diplomática entre el Papa y los Jefes de Estado; tampoco de una iniciativa ecuménica entre los representantes de las diferentes comunidades cristianas: se trata de un retiro espiritual” ha subrayado el Papa ante las autoridades de Sudán del Sur y ha señalado además, los propósitos de este retiro: “El propósito de este retiro es estar juntos ante Dios y discernir su voluntad; también es reflexionar en la vida de uno y en la misión común que nos confía; es tomar conciencia de la enorme corresponsabilidad por el presente y el futuro del pueblo de Sudán del Sur; es un compromiso, revitalizado y reconciliado, para la construcción de su nación”.
Jesucristo, Príncipe de la paz y modelo a seguir
Continuando su alocución, el Papa ha afirmado que “la paz” es el primer regalo que el Señor nos ha dado y es también “la primera tarea que los líderes de las Naciones deben realizar”: “es la condición fundamental para el respeto de los derechos de cada hombre y para el desarrollo integral de todo el pueblo”. Además, ha puntualizado que Jesucristo, a quien Dios Padre envió al mundo como el Príncipe de la Paz, “nos dio el modelo a seguir”.
La mirada de Dios
Francisco también ha hablado a cerca de "los ojos de Dios", es decir, la “mirada del Señor Jesús”, la cual – ha expresado – “es benévola y misericordiosa” y “nos anima a abandonar el camino que conduce al pecado y la muerte y nos apoya para continuar el camino de la paz y el bien”. En este sentido, ha recordado el gemido de los pobres que tienen hambre y sed de justicia; un gemido que “nos obliga en conciencia y nos compromete a nuestro servicio”. Ellos, “son pequeños a los ojos del mundo pero son preciosos a los ojos de Dios”.
También ha asegurado que Dios nos ha dado a cada uno de nosotros una misión en nuestro pueblo: “nosotros mismos somos miembros del pueblo y tenemos una responsabilidad y una misión particulares: servirlo” y además, nos ha elegido – puntualiza – “para ser sus colaboradores en la construcción de un mundo más justo”.
La mirada del pueblo
Frente a esta mirada de Jesús, el Papa habla de otra mirada más que está puesta en ellos, la de “su pueblo”: “es una mirada que expresa el ardiente deseo de justicia, reconciliación y paz”. Y al igual que Noé esperó a que la paloma le trajera la rama de olivo para mostrar el final del diluvio y el comienzo de una nueva era de paz entre Dios y los hombres, “su pueblo – ha dicho – espera su regreso a la patria, la reconciliación de todos sus miembros y una nueva era de paz y prosperidad para todos”.
El Papa implora la paz para el pueblo de Sudán del Sur
En su alocución, el Santo Padre ha afirmado que piensa incesantemente en las almas que sufren e implora que el fuego de la guerra se apague de una vez por todas y que puedan regresar a sus hogares y vivir en serenidad: “Mis pensamientos se dirigen principalmente a las personas que han perdido a sus seres queridos y sus hogares, a las familias que se han separado y nunca se han vuelto a encontrar, a todos los niños y ancianos, a las mujeres y hombres que sufren terriblemente debido a conflictos y la violencia que siembra muerte, hambre, dolor y lágrimas”.
La paz es posible
¡Nunca me cansaré de repetir que la paz es posible! Ha exclamado el Santo Padre al final de su discurso y ha expresado su deseo de que todos “sepan acoger la más alta vocación de ser artesanos de la paz, en un espíritu de fraternidad y solidaridad con cada miembro de nuestro pueblo, un espíritu noble, recto, firme y valiente en la búsqueda de la paz, a través del diálogo, la negociación y el perdón”. Por último, les ha exhortado a “buscar lo que les une, a partir de la pertenencia al mismo pueblo, y superar todo lo que les divide”, pues – ha puntualizado – “la gente está cansada y agotada por las guerras pasadas: ¡recuerden que con la guerra se pierde todo! Su gente hoy anhela un futuro mejor, que pasa por la reconciliación y la paz”.
El Papa expresa su deseo de ir a Sudán del Sur
Tras pronunciar el discurso, el Santo Padre ha hecho una oración junto a los líderes de Sudán del Sur y ha expresado su deseo y esperanza “de poder ir pronto a su amada nación” y ha recordado el reciente encuentro que tuvo con la Conferencia Episcopal de Sudán y Sudán del Sur en el Vaticano, con motivo de la visita ad limina Apostolorum, en la cual – ha dicho – le impresionó su optimismo, “basado en la fe viva y expresado en sus esfuerzos incansables, así como por sus preocupaciones en medio de numerosas dificultades políticas y sociales”.
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