Los mártires cristianos testimonian que la injusticia no tiene la última palabra
Ciudad del Vaticano
Hoy, miércoles 24 de abril, octava de Pascua, el Papa Francisco lanzó un nuevo tweet en su cuenta oficial de Twitter @Pontifex: "Los mártires de todos los tiempos, con su fidelidad a Cristo, nos dicen que la injusticia no tiene última palabra: en el Señor Resucitado podemos seguir esperando. #Pascua".
Francisco: los cristianos son más perseguidos hoy que en los primeros siglos
El Santo Padre ha alzado muchas veces la voz contra la persecución cristiana: "Puede parecer difícil de creer -dijo en un reciente mensaje en vídeo-, pero hoy hay más mártires que en los primeros siglos". Según numerosos estudios internacionales, los cristianos son hoy en día el grupo más perseguido del mundo, con más de 200 millones de personas sometidas a discriminación, violaciones de los derechos humanos, agresiones y ataques. Muchas personas pierden la vida para permanecer fieles a Jesús.
Cristianos asesinados sólo por ser cristianos
Al respecto, Francisco usa palabras fuertes: "Pensemos en nuestros hermanos asesinados en la playa de Libia; pensemos en ese niño quemado vivo por sus compañeros porque es cristiano; pensemos en esos migrantes que son arrojados en alta mar, por ser cristianos; pensemos (...) en esos etíopes asesinados por ser cristianos...Y muchos otros que no conocemos, que sufren en las cárceles, por ser cristianos.... Hoy la Iglesia es la Iglesia de los mártires: ellos sufren, ellos dan su vida y nosotros recibimos la bendición de Dios por su testimonio. (Misa en Santa Marta el 21 de abril de 2015)
Silencio cómplice de las potencias
El Pontífice repite que "no hay cristianismo sin persecución"; y nos invita a recordar la última de las bienaventuranzas: "Cuando os lleven a las sinagogas, os perseguirán, os insultarán: éste es el destino del cristiano". Y denuncia: "Hoy, ante este hecho que ocurre en el mundo, ante el silencio cómplice de tantos poderes que podrían detenerlo, nos encontramos ante este destino cristiano: recorrer el mismo camino que Jesús" (Misa en Santa Marta, 7 de septiembre de 2015).
Dos tipos de persecución: violenta y travestida de la cultura
El Papa habla de dos tipos de persecución contra los cristianos: la persecución explícita, violenta y brutal, y la persecución "educada, disfrazada de cultura, modernidad y progreso".
"Es la persecución la que priva al hombre de la libertad, incluso de la objeción de conciencia. Dios nos ha hecho libres, pero esta persecución te quita la libertad. Y si no lo haces, serás castigado: perderás tu trabajo y muchas cosas o serás dejado de lado. Esta es la persecución del mundo - subraya Francisco - cuando las potencias quieren imponer actitudes, leyes contra la dignidad del hijo de Dios, las persiguen y van contra Dios Creador: es la gran apostasía". (Misa en Santa Marta, 12 de abril de 2016).
Las palabras de los Papas sobre los ataques de origen islámico
Ante la explosión del fenómeno de los atentados, especialmente de origen islámico, el Papa Francisco siguió la línea de sus predecesores, San Juan Pablo II y Benedicto XVI, que en su condena de los atentados terroristas pronunciaron palabras muy duras contra la explotación de la religión y el uso de la violencia en nombre de Dios, pero sin dar nunca una connotación religiosa a esos actos. Sobre todo, porque la gran mayoría de los musulmanes o adherentes a otras confesiones religiosas no se reconocen en esa violencia, y porque seguir dialogando es decisivo para lograr la convivencia y la paz en el mundo.
Los ataques del 11 de septiembre
El Papa Wojtyla, el día después de los atentados del 11 de septiembre de 2001, expresó "profundo dolor" y angustia ante un "horror tan indecible".
"Ayer -decía San Juan Pablo- fue un día oscuro en la historia de la humanidad, una terrible afrenta a la dignidad humana (...) ¿Cómo pueden ocurrir episodios de tan salvaje brutalidad? El corazón del hombre es un abismo del que a veces surgen dibujos de una ferocidad sin precedentes, capaces en un momento de perturbar la vida serena y laboriosa de un pueblo. Pero la fe viene a nuestro encuentro en estos momentos en los que cada comentario parece inadecuado. La palabra de Cristo es la única que puede dar respuesta a las preguntas que se suscitan en nuestra alma. Si aún el poder de las tinieblas parece prevalecer, el creyente sabe que el mal y la muerte no tienen la última palabra. Aquí descansa la esperanza cristiana; aquí, en este momento, se alimenta nuestra confianza orante".
Benedicto XVI: el diálogo con los musulmanes es una necesidad vital
Así también en los ataques posteriores llevados a cabo por extremistas musulmanes, Juan Pablo II nunca menciona la palabra Islam. Lo mismo que hizo Benedicto XVI. El 7 de julio de 2005, una serie de atentados suicidas perpetrados por extremistas islámicos causaron la muerte de 56 personas en Londres.
El 10 de julio, en el Ángelus, Benedicto XVI expresó su "profunda tristeza" por los atentados terroristas y añadió: "Rezamos por las personas asesinadas, por los heridos y por sus seres queridos. Pero también oramos por los atacantes: para que el Señor toque sus corazones. A los que despiertan sentimientos de odio y a los que llevan a cabo actos terroristas tan repugnantes les digo: Dios ama la vida, que Él creó, no la muerte. ¡Deténgase, en el nombre de Dios!".
Igualmente, el 12 de septiembre de 2006, Benedicto XVI pronunció su famosa lectio magistralis en la Universidad de Ratisbona, Alemania, citando las palabras del emperador bizantino Manuel II Paleólogo, en un diálogo con un persa que tuvo lugar a finales del siglo XV, que hablaba, entre otras cosas, de la violencia en el Islam. Un fragmento inmediatamente instrumentalizado que provocó manifestaciones e incidentes en el mundo islámico. Olvidando que el texto de Ratzinger fue sobre todo una denuncia de la marginación de la fe religiosa en la sociedad occidental.
Para aclarar públicamente su pensamiento, el 25 de septiembre de 2006 Benedicto XVI se reunió con los embajadores de los países de mayoría islámica en Castel Gandolfo, reafirmando que "la Iglesia también mira con estima a los musulmanes que adoran al Dios único, viviente y subsistente, misericordioso y omnipotente, creador del cielo y de la tierra, que habla a los hombres. Tratan de someterse con todo su corazón a los decretos de Dios, incluso a los ocultos, como lo hizo Abraham, a los que se refiere con gusto la fe islámica". Benedicto XVI reafirma firmemente que "el diálogo interreligioso e intercultural entre cristianos y musulmanes no puede reducirse a una elección del momento. En efecto, se trata de una necesidad vital de la que depende en gran medida nuestro futuro".
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