El Papa: Confiar en Dios que puede hacer todo y rezar por el Sínodo
María Fernanda Bernasconi – Ciudad del Vaticano
Al comentar el Evangelio propuesto por la liturgia del día – a la hora del Ángelus dominical y tras la celebración de la Misa de apertura del Sínodo de los Obispos – el Papa Francisco destacó que San Lucas presenta el tema de la fe ante la petición de los discípulos de que el Señor aumente en ellos la fe.
Y explicó que Jesús responde con dos imágenes: la semilla de mostaza y el siervo disponible. De este modo el Señor deja en claro que la fe, a pesar de ser tan pequeña como esa semilla, tiene una fuerza enorme. De modo que nada es imposible para quienes tienen fe, porque no confían en su propia fuerza, sino en Dios, que puede hacer todo.
Una fe que no es soberbia
El Santo Padre también que explicó que de la comparación de la fe con la semilla de mostaza se deduce que se trata de “una fe que no es soberbia ni segura de sí misma”, sino que “en su humildad siente gran necesidad de Dios” y “en su pequeñez se abandona con total confianza a Él”. Por esta razón añadió:
Ante una Plaza de San Pedro con miles de fieles y peregrinos de numerosos países, el Pontífice formuló la pregunta acerca de “¿cómo podemos entender si realmente tenemos fe, es decir, si nuestra fe, aunque pequeña como la semilla de mostaza, es genuina, pura, transparente?”.
El servicio es la medida de la fe
A lo que respondió que el mismo Jesús nos lo explica “al indicar cuál es la medida de la fe: el servicio”. Y aunque parezca un poco desconcertante, el Papa Bergoglio afirmó que el Señor pone de manifiesto el verdadero centro de esta enseñanza, que se refiere a “la actitud de disponibilidad del servidor”. De modo que – prosiguió – “Jesús quiere decir que así es el hombre de fe con Dios: se vuelve completamente a su voluntad, sin cálculos ni afirmaciones”.
Somos siervos inútiles
Después de recordar que esta actitud hacia Dios también se refleja en la forma de comportarse en la comunidad, “en la alegría de estar al servicio de los demás”, encontrando en esto la “propia recompensa y no en los reconocimientos y ganancias que pueden derivar de ella”, se refirió al final del relato evangélico:
Servidores inútiles – dijo también Francisco – es decir, “sin pretender que se lo agradezcan, sin reclamos. Somos siervos inútiles es una expresión de humildad y disponibilidad que es tan buena para la Iglesia y recuerda la actitud correcta para trabajar en ella: el servicio humilde del que Jesús nos dio el ejemplo, lavando los pies de los discípulos”.
Y antes de rezar la antífona mariana manifestó su deseo de que “la Virgen María nos ayude a seguir por este camino, mujer de fe. Nos dirigimos a Ella en vísperas de la fiesta de Nuestra Señora del Rosario, en comunión con los fieles reunidos en Pompeya para la tradicional súplica”.
Saludos del Santo Padre
Tras el rezo de la oración del Ángelus el Papa Francisco recordó que acababa de concluir, en la Basílica de San Pedro, la celebración eucarística de apertura de la Asamblea Especial del Sínodo de los Obispos para la Región Panamazónica. Y explicó:
Acompañar los trabajos del Sínodo con la oración
Por esta razón pidió a los fieles y peregrinos presentes en la Plaza de San Pedro y a quienes lo seguían a través de los medios de comunicación que “acompañen con la oración este importante evento eclesial a fin de que se lo viva en comunión fraterna y en la docilidad al Espíritu Santo, que siempre muestra los caminos para el testimonio del Evangelio”.
Después de agradecer la presencia de los tantos peregrinos procedentes nos sólo de Italia, sino también de diversos países, el Pontífice saludó a algunos de los grupos presentes, entre los cuales diversos alemanes, argentinos e italianos. Y, como es costumbre deseó a todos un feliz domingo, con la petición de rezar por él.
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