El Papa dirige su pensamiento a Europa, a África y a todas las Madres en su día
Patricia Ynestroza-Ciudad del Vaticano
Un 9 de mayo de hace 70 años, se firmaba la Declaración Schuman. Sobre esta Declaración, se inspiró el proceso de integración europea, permitiendo la reconciliación de los pueblos del continente después de la Segunda Guerra Mundial y “el largo período de estabilidad y paz del que nos beneficiamos hoy en día”, como dijo en sus saludos el Papa. Y pidió que este espíritu, de la Declaración de Schuman, no deje de inspirar a los responsables de la Unión Europea que deben hacer frente a las consecuencias sociales y económicas de la pandemia con un espíritu de armonía y cooperación.
San Juan Pablo II en el Sahel hace 40 años
Francisco recordó también que hoy, hace cuarenta años, San Juan Pablo II, durante su primera visita pastoral a África, dio voz al clamor de la población del Sahel, duramente probada por la sequía.
Francisco felicitó a los jóvenes que se han comprometido con la iniciativa "Laudato Si' Alberi", “Laudato Si, Árboles”. Es una iniciativa que tiene por objetivo plantar al menos un millón de árboles en la región del Sahel que formarán parte de la "Gran Muralla Verde de África". Espero, dijo el Papa, que muchos sigan el ejemplo de solidaridad de estos jóvenes.
La sequía ha forzado la migración de poblaciones, al no tener agua para poder cultivar las tierras. Desde que comenzó la iniciativa "la Gran Muralla Verde africana", se ha revitalizado la economía en la región. Senegal es el país que más árboles ha plantado, once millones de acacias. Esta especie es la más resistente a los largos períodos de sequía. La región del Sahel cubre una línea de 8.000 kilómetros de largo y 15 de espesor que cruza once países del contiente africano desde el océano atlántico al mar Rojo. Según el sitio de "la Gran Muralla Verde", se inicio a plantar árboles en el 2007.
Hoy 10 de mayo, Día de la Madre
En este día, en muchos países, se celebra el Día de la Madre. A todas ellas, el Papa Francisco las recordó “con gratitud y afecto”, encomendándolas a la protección de María, nuestra Madre celestial. Y dirigió también un pensamiento especial a las madres que han pasado a la otra vida y nos acompañan desde el Cielo.
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