El Papa en el Ángelus: la Cruz nos exhorta a mantener firmes las raíces, sin encerrarse
Renato Martinez - Ciudad del Vaticano
“El sentimiento religioso es la savia de esta nación, tan unida a sus raíces. Pero la cruz, plantada en la tierra, además de invitarnos a enraizarnos bien, eleva y extiende sus brazos hacia todos; exhorta a mantener firmes las raíces, pero sin encerrarse; a recurrir a las fuentes, abriéndose a los sedientos de nuestro tiempo”, lo dijo el Papa Francisco en su alocución antes de rezar la oración mariana del Ángelus de este 12 de septiembre, XXIV Domingo del Tiempo Ordinario, en la Plaza de los Héroes de Budapest, en el marco de su 34 Viaje Apostólico a Hungría y Eslovaquia.
Gratitud del Papa a la gran familia húngara
Al finalizar la Santa Misa de clausura del Congreso Eucarístico Internacional y su visita a Budapest, el Santo Padre manifestó su agradecimiento a la gran familia cristiana húngara, a la que desea abrazar en sus ritos, en su historia, en las hermanas y hermanos católicos y de otras confesiones, todos en camino hacia la unidad plena. “A este respecto – expresó el Papa – saludo de corazón al Patriarca Bartolomé, Hermano que nos honra con su presencia. Gracias, en particular, a mis amados hermanos Obispos, a los sacerdotes, a los consagrados y consagradas, y a todos ustedes, queridos fieles. Un agradecimiento especial a quienes se han esforzado tanto por la realización del Congreso Eucarístico y de esta jornada”. Asimismo, el Papa Francisco manifestó su agradecimiento a las autoridades civiles y religiosas, y a todo el pueblo de Hungría que lo ha acogido.
La ‘Cruz de la misión’ es el símbolo de este Congreso
Haciendo eco del himno que ha acompañado el Congreso Eucarístico, el Santo Padre deseó que, la cruz sea vuestro puente entre el pasado y el futuro. “El sentimiento religioso es la savia de esta nación, tan unida a sus raíces. Pero la cruz, plantada en la tierra, además de invitarnos a enraizarnos bien, eleva y extiende sus brazos hacia todos; exhorta a mantener firmes las raíces, pero sin encerrarse; a recurrir a las fuentes, abriéndose a los sedientos de nuestro tiempo. Mi deseo – expresó el Papa – es que sean así: fundamentados y abiertos, arraigados y respetuosos. Isten éltessen! [¡Felicidades!]”.
Dos figuras que conocieron de cerca la cruz
El Papa Francisco también recordó que, hoy, no muy lejos de aquí, en Varsovia, dos testigos del Evangelio son proclamados beatos: el Cardenal Esteban Wyszyński e Isabel Czacka, fundadora de las Hermanas Franciscanas Siervas de la Cruz. Dos figuras que conocieron de cerca la cruz: el Primado de Polonia, arrestado y segregado, fue siempre un pastor valiente según el corazón de Cristo, heraldo de la libertad y de la dignidad del hombre; sor Isabel, que perdió la vista muy joven, dedicó toda su vida a ayudar a los ciegos. Que el ejemplo de los nuevos beatos nos estimule a transformar las tinieblas en luz con la fuerza del amor.
Que la “Beata Reina” los acompañe y los bendiga
Antes de rezar el Ángelus, el Santo Padre dijo que los húngaros, antiguamente, por respeto, no pronunciaban el nombre de María, pero la llamaban con el mismo título honorífico utilizado para la reina. Que la “Beata Reina, vuestra antigua patrona” los acompañe y los bendiga. Mi bendición, desde esta gran ciudad, quiere llegar a todos, en particular a los niños y a los jóvenes, a los ancianos y a los enfermos, a los pobres y a los excluidos. Con ustedes y para ustedes digo: Isten, áldd meg a magyart! [¡Que Dios bendiga a los húngaros!]
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