Francisco: Las guerras son una repetición de gravísimos horrores contra Dios y las personas
Salvatore Cernuzio - Ciudad del Vaticano
Horrores, "gravísimos horrores", contra Dios y contra el hombre. Eso son las guerras para el Papa, que vuelve a reiterar su condena de los conflictos que tienen lugar en el mundo y que ayer, tras el Ángelus en la plaza de San Pedro, ya había definido como una "derrota". Lo hace en X, a través de su cuenta @Pontifex en nueve idiomas, donde se lee:
"No debemos acostumbrarnos a la guerra, a ninguna guerra. No debemos permitir que nuestro corazón y nuestra mente se queden como anestesiados ante la repetición de estos gravísimos horrores contra Dios y contra las personas".
Nuevo llamamiento
Un nuevo enésimo llamamiento del Papa, que se une a las denuncias expresadas desde el inicio del pontificado y reiteradas con mayor vigor en los meses de la agresión rusa en Ucrania y, ahora, con las tensiones en Medio Oriente entre Israel y Palestina y el recrudecimiento de los atentados y la violencia. Una insistencia que el Pontífice compartió también en la llamada telefónica que hizo ayer al presidente de Estados Unidos, Joe Biden, recientemente de visita en Israel, en la que se reiteró la "necesidad de identificar caminos de paz".
La guerra, "fruto de la locura"
Y ante la agitación a la que asiste el mundo, las palabras del Papa contra la guerra en el libro "No estás solo. Desafíos, respuestas, esperanzas", el libro-entrevista firmado por los periodistas Francesca Ambrogetti, ex directora de Ansa en Argentina y Sergio Rubín, del diario El Clarín. El libro ya se había publicado en febrero en Argentina con el título de "El Pastor"; mañana llegará a las librerías la edición italiana con la editorial Salani.
"Al comienzo de mi pontificado afirmé que estábamos viviendo una Tercera Guerra Mundial en pequeños trozos, luego afirmé que esos trozos se habían agrandado gradualmente y ahora creo que todo es un gran trozo", dijo el Papa en un pasaje de la entrevista, recogida por Ansa. "Sigo creyendo que es una enorme tragedia haber perdido la memoria de la Segunda Guerra Mundial. Una vez, observando a los gobernantes de los países que participaron en el conflicto durante una conmemoración del desembarco de Normandía, pensé que debían llorar. Sólo allí murieron casi 30.000 personas. La guerra es el resultado de una serie de locuras".
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