Las actividades humanitarias de la Orden de Malta en 120 países
Vatican News
La conversación de esta mañana entre el Papa Francisco y John T. Dunlap, príncipe y gran maestre de la Soberana Orden Militar de Malta, duró veinticinco minutos esta mañana, 27 de junio, en el Palacio Apostólico del Vaticano. Estuvieron presentes el Soberano consejo y el embajador de la Orden de Malta ante la Santa Sede, Antonio Zanardi Landi. A continuación, el gran maestre y el gran canciller, Riccardo Paternò di Montecupo, se entrevistaron con monseñor Paul Richard Gallagher, secretario del Vaticano para las Relaciones con los Estados y las Organizaciones Internacionales.
El encuentro – como es tradición – tuvo lugar pocos días después de la fiesta de San Juan Bautista, patrón de la SMOM, que se celebra el 24 de junio. El encuentro, según un comunicado emitido por la Orden de Malta, se caracterizó por una gran cordialidad y representó una oportunidad para ilustrar al Santo Padre las principales actividades en los ámbitos espiritual, humanitario y diplomático llevadas a cabo por la Orden durante el pasado año en los 120 países en los que opera, a través de una red de 13.500 miembros, 100.000 voluntarios, 52.000 empleados y más de 100 misiones diplomáticas.
Intervenciones en Ucrania y Tierra Santa
En primer plano – informa el sitio web de la SMOM – están las intervenciones para ayudar a la población ucraniana, desde la asistencia médica y social hasta la distribución de comidas y medicamentos, desde los servicios de transporte y acompañamiento hasta los puntos de acogida situados en diversos lugares de Ucrania y de los países vecinos.
En el centro de las conversaciones estuvo también la presencia de la Orden de Malta en Tierra Santa, donde, además de gestionar el Hospital de la Sagrada Familia de Belén, que ha visto nacer a más de 100.000 niños desde 1990, la Orden ha lanzado recientemente un programa de ayuda a la población de Gaza, en cooperación con el Patriarcado Latino de Jerusalén.
Los dones
Al final de las conversaciones, Dunlap obsequió al Papa Francisco una medalla que representa la efigie de Nuestra Señora del Monte Filermo, símbolo por excelencia de la espiritualidad mariana de la Orden de Malta. El Pontífice correspondió con un bajorrelieve de bronce que representa a los santos Pedro y Pablo y los documentos papales.
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