El Papa a la Asociación Cristiana de Trabajadores: Servir a los más débiles

El Papa, al recibir hoy a la Asociación Cristiana de Trabajadores de Italia (ACLI), les alentó a seguir su servicio por el bien de los trabajadores, de los pensionistas, de los jóvenes, de los extranjeros y de tantos que se encuentran en situaciones de necesidad.

Patricia Ynestroza - Ciudad del Vaticano

El Papa Francisco se encontró esta mañana con la Asociación Cristiana de Trabajadores Italianos (ACLI) en su 80 aniversario de fundación: "una larga y rica historia, que atestigua vuestro compromiso y dedicación al servicio de la comunidad", les dijo Francisco.

Agradeció a Dios que ha acompañado esta asociación inspirando a tantas personas, que a través de las ACLI, han dedicado su vida al servicio de los trabajadores, de los pensionistas, de los jóvenes, de los extranjeros y de tantos que se encuentran en situaciones de necesidad.

“Las ACLI son un lugar donde es posible conocer a los «santos de al lado», que no acaban en las portadas de los periódicos, pero que a veces realmente cambian las cosas, ¡para mejor! Esta historia es un patrimonio del que extraer energía vital para mirar hacia adelante con esperanza y determinación”.

Sentido popular y sinodal 

El Papa ha reconocido cinco características de esta asociación, es popular porque está cerca del pueblo, porque es y se siente parte del pueblo.

“Significa vivir y compartir las alegrías y los retos cotidianos de la comunidad, aprender de los valores y la sabiduría de la gente sencilla. Un estilo popular implica reconocer que los grandes proyectos sociales y las transformaciones duraderas vienen de abajo, del compromiso compartido y de los sueños colectivos. Pero la verdadera esencia del pueblo reside en la solidaridad y el sentido de pertenencia”

 En el contexto de una sociedad fragmentada y una cultura individualista, el Pontífice insistió en la necesidad de lugares donde la gente pueda experimentar este “sentido creativo y dinámico de pertenencia, que ayuda a pasar del «yo» al «nosotros», a desarrollar juntos proyectos para el bien común y a encontrar formas y medios para alcanzarlos. Esta es la vocación de vuestros «círculos»: abrir puertas y mantenerlas abiertas, acoger a las personas, permitirles construir lazos de solidaridad y sentido de pertenencia, emprender juntos un camino de integración que desarrolle «una cultura del encuentro en armonía plural» (Exhortación apostólica Evangelii gaudium, 220)”.

Esta asociación tiene también un estilo sinodal porque trabajan juntos, colaboran por el bien común. Son un conjunto de asociaciones «multiformes e inquietas». Los alentó a que sigan trabajando de esta manera, prestando atención a los débiles de la sociedad, para que nadie se quede atrás.

Estilo democrático y pacífico

Democrático, les dijo, porque esta asociación ha sido siempre fiel a la democracia, entendiendo el concepto de democracia, como una sociedad en la que realmente hay sitio para todos, “en la realidad de los hechos y no sólo en las declaraciones y sobre el papel”, les dijo. Apoyando a quienes corren el riesgo de ser marginados: los jóvenes, a los que dedican especialmente sus iniciativas de formación profesional; las mujeres, que a menudo siguen sufriendo formas de discriminación y desigualdad;

“los trabajadores más frágiles y los inmigrantes, que en las ACLI encuentran a alguien capaz de ayudarles a que se respeten sus derechos; y, por último, las personas mayores y los pensionistas, que con demasiada facilidad se ven «descartados» por la sociedad. Y esta es una injusticia. A estas personas les prestan un servicio importante, que no sólo debe permanecer en el ámbito de la asistencia, sino promover la dignidad de cada persona y la posibilidad de que cada uno aporte sus propios recursos y su contribución”

Y un estilo pacífico, porque, añadió el Papa, en un mundo ensangrentado por tantas guerras, esta asociación dedica su compromiso por la paz, y se une al Santo Padre en oración por la paz.

“Que la ACLI sea la voz de una cultura de paz, un espacio en el que afirmar que la guerra nunca es «inevitable» mientras que la paz siempre es posible; y que esto es cierto tanto en las relaciones entre los Estados como en la vida de las familias, las comunidades y los lugares de trabajo”

Porque quien construye la paz sabe adoptar una postura clara, pero al mismo tiempo se esfuerza por tender puentes, escuchar y comprender a las distintas partes implicadas, promoviendo el diálogo y la reconciliación. Interceder por la paz, afirmó, es algo que va mucho más allá del mero compromiso político, porque exige ponerse en juego y asumir un riesgo. En un mundo marcado por el conflicto y la división, el testimonio de las Acli, como pacificadores, como intercesores por la paz, es más necesario y valioso que nunca.

Estilo cristiano

Asumir un estilo cristiano significa, dijo por último, no sólo prever un tiempo de oración; significa crecer en la familiaridad con el Señor y en el espíritu del Evangelio, para que impregne todo lo que hacemos y nuestra acción tenga el estilo de Cristo y lo haga presente en el mundo.

“En particular, frente a las visiones culturales que amenazan con anular la belleza de la dignidad humana y desgarrar la sociedad, los invito a cultivar «un nuevo sueño de fraternidad y amistad social que no se limite a las palabras» (Lett. enc. Fratelli tutti, 6). Es el sueño de san Francisco de Asís y de tantos otros santos, de tantos cristianos, de tantos creyentes de toda fe: ¡que sea también vuestro sueño!”

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01 junio 2024, 09:38