Los encuentros Trieste, la emoción en el cruce de una mirada Los encuentros Trieste, la emoción en el cruce de una mirada 

Los encuentros Trieste, la emoción en el cruce de una mirada

La visita del Papa Francisco a Trieste fue breve pero no faltaron encuentros personales con representantes de diversas realidades. A los medios vaticanos la emoción de quienes pudieron saludarlo y recibieron un gesto de cercanía, un apretón de manos y una bendición

Adriana Masotti - Trieste

Una extensión de gorras blancas en un marco extraordinario, con el mar detrás y la vista de la parte alta de la ciudad a un lado: este era el espectáculo que ofrecía la Plaza de la Unidad de Italia en Trieste, donde el Papa Francisco presidió el domingo por la mañana la Misa, renovando la invitación a la Iglesia triestina a "seguir adelante", a seguir comprometiéndose "en primera línea para difundir el Evangelio de la esperanza, especialmente hacia los que llegan de la ruta de los Balcanes y hacia todos los que necesitan ser alentados y consolados". A redescubrirnos, en definitiva, todos hermanos.

La democracia no es una caja vacía

La celebración eucarística puso fin a la breve visita de Francisco a la capital juliana con motivo de la 50ª Semana Social de los Católicos en Italia. A primera hora de la mañana, el Pontífice llegó al Centro de Convenciones Generales, en las afueras de la ciudad. Su discurso clausuró los trabajos de esta Semana.

"La democracia – recordó – no es una caja vacía, sino que está unida a los valores de la persona, de la fraternidad y de la ecología integral", animando a la solidaridad y a la participación. “Que al laicado católico italiano no le falte esta capacidad de organizar la esperanza – les dijo – la paz y los buenos proyectos políticos pueden renacer desde abajo".

Francisco con los representantes ecuménicos
Francisco con los representantes ecuménicos

El saludo del Papa a los representantes ecuménicos

Al final de las palabras dirigidas a todos los delegados, Francisco quiso encontrarse con algunos representantes de realidades presentes en la ciudad de Trieste. Comenzando por los representantes ecuménicos. Entre ellos, el obispo Atenágoras de Terme, auxiliar de la archidiócesis ortodoxa de Italia del Patriarcado ecuménico. “Estoy presente aquí, en Trieste – afirmó – donde las comunidades ortodoxas y las distintas Iglesias cristianas trabajan en armonía con la Iglesia católica y las demás confesiones también presentes en la ciudad".

Y sobre este encuentro con el Santo Padre dijo: "Fue un momento importante porque entendemos cuánto le gusta reunirse con otras Iglesias, con otras religiones, porque todos podemos dar una palabra juntos, sobre todo de paz, de fraternidad, de amor mutuo. Para mí personalmente – añadió – también es importante dada la amistad del Papa Francisco con nuestro Patriarca Ecuménico Bartolomé, hablan con una sola voz".

El obispo Atenágoras de Terme
El obispo Atenágoras de Terme

Profesores y jóvenes del mundo académico

Profesores universitarios y estudiantes formaron el segundo grupo que saludó al Papa, quien no pronunció un discurso, sino que quiso saludar personalmente a todos los presentes.

Cristiana Scimone, que estudia Derecho en la Universidad de Trieste y ocupa el cargo de presidenta del Consejo de Estudiantes de la Universidad, dijo de este encuentro que acababa de tener con Francisco que fue "particularmente emocionante tener la oportunidad de, simplemente, estrecharle la mano e intercambiar una mirada con él, te llena el corazón".

Sobre la Semana Social, observó que, al ser estudiante de Derecho, es quizás un poco más sensible a la cuestión de la democracia y, añadió: "Creo que somos muy afortunados de tener un presidente de la República como Sergio Mattarella y dentro de nuestro territorio al Papa, y creo que estas dos figuras representan lo que es el verdadero significado de la democracia, de lo que significa participar".

Cristiana se siente llamada a la participación: "Como joven y como estudiante puedo decir que es muy importante, e invito a todos mis compañeros a participar, a reunirse, a formar una comunidad, porque de ahí nace todo lo bueno. Cuando pienso en la democracia pienso en nuestra Constitución, en cómo nació después de una época oscura, tantas personas, incluso de diferentes ideales, se unieron y crearon lo que es la base sobre la que se asienta nuestra democracia, indicando esos valores que nos deben acompañar también en nuestro futuro'.

Cristiana Scimone, estudiante
Cristiana Scimone, estudiante

Una madre llegada de Gaza

Wiam es una mujer palestina que llegó a Trieste hace unos dos meses con sus dos hijas. La más pequeña nació aquí. Nos cuenta brevemente su historia, en inglés, traducida por quienes ahora están cerca de ella y la acompañan en esta nueva etapa de su vida. Wiam ha

llegado de Gaza y quiere dar las gracias a los médicos y al personal del hospital Burlo de Trieste, porque gracias a ellos, junto con otras familias, pudo salir de su tierra por motivos de salud.

Wiam estaba embarazada, se enteraron durante el viaje y al día siguiente de su llegada a Italia dio a luz a una preciosa niña. Quiere la paz para su familia y para todas las familias que viven en Gaza. Allí lo ha perdido todo, su casa, hace meses que no sabe nada de su familia y vive con el miedo constante de recibir una llamada telefónica con malas noticias. Para ella, sería importante que su marido pudiera comunicarse con ella porque nunca conoció a la pequeña Maja, ni la vio nacer. Por último, reiteró su agradecimiento por haber sido recibida y dijo que espera que la guerra termine lo antes posible para ella y para todas las familias que están sufriendo tanta violencia.

Una mujer palestina procedente de Gaza
Una mujer palestina procedente de Gaza

Ejemplos positivos de integración

"Llevo ocho años aquí en Trieste y hago voluntariado con la Comunidad de San Egidio", dijo Ali Mudassar, un inmigrante de Pakistán que ya encontró trabajo y una nueva oportunidad en la vida. "Fue una gran emoción, no dormí en toda la noche porque estaba impaciente por conocer a esta persona tan importante para el mundo". A una pregunta sobre la situación actual de los inmigrantes que llegan a la ciudad, dijo que no es fácil y que sufre mucho por ellos. Espera que haya más acogida "porque estas personas que huyen no tienen elección, sólo quieren vivir una vida mejor, nadie quiere dejar su tierra, pero hay tantas cosas mal y por eso hay que escapar".

Ali Mudassar, de origen pakistaní
Ali Mudassar, de origen pakistaní

Ahsan Raza también es pakistaní y lleva aquí nueve años. Trabaja como asistente social y sanitario. Cuenta que cuando llegó a Italia no fue fácil: "Dormía en la calle, tuve muchos problemas, pasé muchos malos ratos, estaba mal en la calle, luego me ayudaron y me fue bien. Trieste, Italia, me acogió como un padre y ahora estoy bien integrado".

“Mi esposa también está aquí, todo va bien”. Pero muchos otros siguen llegando: "Sí, veo a menudo a los chicos que vienen aquí, sobre todo cerca de la estación, veo que hay chicos que duermen en el parque, en el suelo, y luego cuando llueve, cuando hace frío, cuando hace calor, me dan pena". Ahsan Raza espera que las cosas mejoren y de la reunión con Francisco dijo que "fue excepcional, estamos muy emocionados, muy contentos".

El Papa Francisco saluda a David en silla de ruedas
El Papa Francisco saluda a David en silla de ruedas

El consuelo de Francisco a los enfermos y discapacitados

Varias personas con diversas discapacidades pudieron saludar e intercambiar algunas palabras con Francisco. Una señora que se presentó como enferma oncológica contó que para ella "fue muy emocionante sentir el calor de la mano del Papa y también su bendición, tan importante y tan consoladora". Los enfermos – añadió – lo necesitamos mucho. Me voy a casa consolada, con el corazón lleno".

Davide, un chico en silla de ruedas, también quiso dar su testimonio. "Con el Papa fue realmente un momento muy bonito, me dio mucha energía, una energía que llevaré en mi corazón para siempre". También fue bonito el encuentro con el Papa antes de la celebración de la misa en la Plaza de la Unidad de Italia, con María, una anciana de 111 años residente en Trieste, con la que intercambió un breve saludo. El Papa le regaló un rosario y la bendijo.

El Papa Francisco y la señora María, de 111 años
El Papa Francisco y la señora María, de 111 años

 

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08 julio 2024, 09:23