s. Beda Venerabile, sacerdote benedictino, doctor de la Iglesia
"Yo, Beda, siervo de Cristo y sacerdote del monasterio de los Beatos Apóstoles Pedro y Pablo, que está en Wearmouth y Jarrow... nací en el territorio de dicho monasterio, y a la edad de siete años mis padres me confiaron al cuidado del Reverendísimo Abad Benedicto, y más tarde a Ceolfrid, para ser instruido. Desde ese momento pasé toda mi vida en dicho monasterio". Así escribe el Venerable Beda en 731 en su Historia ecclesiastica gentis Anglorum (una de las mayores obras de la historiografía de la Alta Edad Media). Su nacimiento está fechado entre 672 y 673. Se hizo diácono a los 19 años y fue ordenado sacerdote a los 30 años. Dedicó toda su vida al estudio de la Sagrada Escritura y a la enseñanza "semper aut discere aut docere aut scribere", (siempre aprender o enseñar o escribir), es su único interés y, por eso, sus días están enmarcados en la oración y el canto coral.
Llamado "el Venerable" por su gran sabiduría y conocimiento
Beda debe su grande cultura a la lectura de los libros de las bibliotecas de Wearmouth y Jarrow, por lo que su educación es amplia y articulada y su conocimiento de una vastedad asombrosa. Lee griego y hebreo, se inspira en Cicerón, Virgilio, Lucrecio, Ovidio, Terencio y en particular en los Padres de la Iglesia, especialmente en el estudio de la Biblia. Y así, en sus lecciones, emerge su sabiduría y teología. La didáctica de Beda es una didáctica interdisciplinaria, que explica los Textos Sagrados también a través de autores de la antigüedad pagana y a través del conocimiento científico de su tiempo. Como fruto de su erudición tenemos innumerables escritos teológicos, históricos y científicos, pero también trabajos académicos y pedagógicos. Beda murió el 26 de mayo de 735 en Jarrow donde fue sepultado. En 1022 sus restos fueron trasladados a la catedral de Darham a instancias de Eduardo el Confesor, el penúltimo rey de los anglosajones y rey de Inglaterra. El epíteto "Venerable", con el que Beda era llamado ya en vida gracias a su reputación de santidad y sabiduría, se difundió muy pronto, tanto que el Concilio de Aquisgrán lo describió como "venerabilis et modernis temporibus doctor admirabilis Beda" (el Venerable y maravilloso doctor de nuestro tiempo Beda). El 13 de noviembre de 1899 León XIII lo declaró Doctor de la Iglesia.
Los escritos
Beda es el autor del primer martirologio histórico; escribió manuales; para los monjes copistas, escribió el Liber de loquela per gestum digitorum que enseña a contar con los dedos; compuso poemas y versos. Sin embargo, se interesó sobre todo por la historia y comentó e interpretó en particular la Sagrada Escritura ("La Sagrada Escritura es la fuente constante de la reflexión teológica de Beda", precisó Benedicto XVI en la catequesis de la audiencia general del 18 de febrero de 2009 dedicada al monje inglés). Por sus comentarios, tratados y colecciones de homilías, se le considera el mayor exégeta de la Iglesia occidental a partir del final de la era patrística. Su versión de la Biblia fue usada por la Iglesia hasta 1966. Muy conocida es su Historia Eclesiástica de los pueblos anglicanos: unas 400 páginas recogidas en 5 libros, con la narración política y eclesiástica de la historia de Inglaterra desde la época de César hasta sus días.
Antes y después de Cristo... una cuestión de números
Considerando el nacimiento de Cristo como el centro de la historia, Beda fue el primero en contar los años "antes de Cristo" y "después de Cristo". "El cómputo que elaboró científicamente para establecer la fecha exacta de la celebración de la Pascua, y por lo tanto todo el ciclo del año litúrgico, se ha convertido en el texto de referencia para toda la Iglesia Católica" (Benedicto XVI, Audiencia General del 18 de febrero de 2009). Beda inventó también las anotaciones y las notas a pie de página. Finalmente hay que recordar que el lema del Papa Francisco "Miserando atque eligendo", reproducido en el escudo pontificio, está tomado de la Homilía 21 de Beda sobre el episodio evangélico de la vocación de San Mateo: "Vidit ergo Iesus publicanum et quia miserando atque eligendo vidit, ait illi Sequere me" escribe Beda (Jesús vio un publicano y mirándolo con un sentimiento de amor, lo eligió y le dijo: Sígueme).