24 de abril. Museos Vaticanos: La belleza nos une

“Virgen bendita, Madre de Dios y Madre nuestra, que con el título de ‘Virgen de la ayuda’ no dejas de recordar a tus devotos los prodigios con los que nos aseguraste tu materna protección, mira con compasión nuestras necesidades y nuestras miserias, y ven una vez más en nuestro auxilio. De tu ayuda, ¡oh María!, los pobres esperan el pan, los enfermos la salud, los desempleados el trabajo, todos la protección contra nuevas calamidades y desastres. Pero el bien que más necesita la generación que te suplica es tu Hijo, ¡oh María!, a quien el mundo quiere expulsar de la vida, de la familia, de la sociedad que espera todo de la materia, de la fuerza y de los planes humanos. Ayúdanos, ¡oh María!, a custodiar celosamente o a reencontrar este Bien sin el que cualquier otro don es ilusión, inquietud y veneno.”