Cristianos y musulmanes llamados a transmitir el "virus de la esperanza"
Hélène Destombes – Vatican News
El Pontificio Consejo para el Diálogo Interreligioso envió este viernes 1 de mayo un mensaje a la comunidad musulmana con motivo del mes de Ramadán. Un gesto que se realiza cada año para expresar buenos deseos con ocasión de este mes importante para el Islam, así como para la celebración del "Id al-Fitr", la fiesta que lo concluye.
Este año el mensaje, hace hincapié en el respeto y la protección de los lugares de culto.
«Sabemos que los lugares de culto son de gran importancia en el Cristianismo y el Islam, así como en otras religiones. Tanto para los cristianos como para los musulmanes, las iglesias y mezquitas son espacios reservados para la oración personal y comunitaria, construidos y amueblados de tal manera que fomentan el silencio, la reflexión y la meditación. Son espacios donde se puede llegar a las profundidades del alma, facilitando así, con el silencio, la experiencia de Dios. Por lo tanto, un lugar de culto de cualquier religión es una "casa de oración" (Isaías 56:7)», se lee en el escrito que destaca otra premisa fundamental:
Entrevista al cardenal Ayuso
En una entrevista para Vatican News - Radio Vaticano, el cardenal Miguel Ángel Ayuso Guixot, presidente del Pontificio Consejo para el Diálogo Interreligioso, recordó que "cualquier intento de atacar los lugares de culto es una desviación de las enseñanzas de las religiones, así como una clara violación del derecho internacional".
El purpurado también pidió un "contagio de esperanza" en un tiempo en que el mundo entero está experimentando actualmente "momentos dolorosos" debido a la pandemia Covid-19. En este contexto, el cardenal Ayuso dijo que espera que "los cristianos y los musulmanes, unidos en un espíritu de fraternidad, muestren su solidaridad con la humanidad que se ha visto tan afectada" y extiende sus amistosos deseos a la comunidad musulmana para este mes de Ramadán.
- Estamos cerca de la Fiesta del Fin del Ramadán, ¿cómo se puede ver esta celebración en el contexto actual?
Lo considero siempre esencial, importante y significativo para nuestros amigos musulmanes, aunque como la celebración de la Pascua también lo fue para nosotros, este año la Fiesta adquiere un significado especial para ellos debido a la pandemia de Covid-19. Creo que el Ramadán ha tomado una dimensión más interior este año porque el aspecto comunitario no puede ser celebrado. Por ello, como Presidente del PCDI, quisiera añadir mi deseo de que los cristianos y los musulmanes, unidos en un espíritu de fraternidad, se solidaricen con la humanidad gravemente afectada y dirijan sus oraciones a Dios Todopoderoso y Misericordioso, para que extienda su protección a todos los seres humanos, a fin de que se superen estos tiempos difíciles.
- ¿Cuál es el contenido del Mensaje de este año?
Cada año, el Dicasterio propone a la comunidad islámica un tema común a ambas religiones. En particular este año hemos puesto el énfasis en el tema de la protección de los lugares de culto, inspirados en el Documento sobre la Fraternidad Humana, donde el Papa Francisco, junto con el Gran Imán de Al Azhar, dijo que "la protección de los lugares de culto es un deber garantizado por las religiones, los valores humanos, las leyes y las convenciones internacionales". Cualquier ataque o amenaza es una desviación de las enseñanzas de las religiones, así como una clara violación del derecho internacional, condenables tanto por los creyentes como por los no creyentes. La necesidad de libertad de culto es un derecho y un deber.
¿Cuál puede ser el aporte del diálogo entre personas de diferentes religiones en esta situación y de cara al futuro?
Siento el deber de referirme al llamado del Papa Francisco en esta difícil realidad: difundir el "contagio de la esperanza" para hacer frente a los desafíos actuales y a aquellos del futuro inmediato que verá a los diferentes líderes religiosos llamados a promover la unidad, la solidaridad y la fraternidad, para que de este momento todos podamos salir mejor que antes y ayudar a nuestras sociedades a estar preparadas para cambiar todo lo que sea necesario no siguiendo solo las leyes de la economía y el lucro.
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