El ecumenismo "visceral" del presbítero Figueroa

Eugenio Bonanata - Ciudad del Vaticano

"El ecumenismo nace de lo más profundo del ser humano para el bien del hermano". Así explica el presbítero de la Iglesia presbiteriana argentina Marcelo Figueroa la definición de "ecumenismo visceral" sobre el que se detuvo el Pontífice en el prefacio de su libro que acaba de publicar la Librería Editora Vaticana. Se titula "Las diversidades reconciliadas. Un protestante en el periódico del Papa" y es una recopilación de cien de sus artículos sobre el tema, escritos a lo largo de los últimos seis años para el periódico "del partido", como suele llamar Francisco a L'Osservatore Romano.

"El ecumenismo nace a menudo de la base", nos dijo Figueroa a su llegada a Roma para la presentación del volumen, hoy lunes 14 de marzo a las 15 horas en la Sala Marconi del Palacio Pío. "Son los pueblos los que tantas veces hacen llegar este estímulo a los líderes de las religiones", dijo sobre el camino que inició en Argentina al lado del Papa, del que se convirtió en amigo personal. El cardenal Bergoglio lo llamó para que hiciera un programa sobre la Biblia para la televisión de la diócesis de Buenos Aires, Canal 21, junto con el rabino Abraham Skorka. "Grabamos treinta episodios sobre el tema de la vida", dijo, recordando el posterior lanzamiento de la edición argentina de L'Osservatore Romano bajo su dirección.

En la raíz del Evangelio

"Hubo un gran asombro por esta colaboración", dijo el presidente de la Comunidad de San Egidio, Marco Impagliazzo, entre los oradores de la presentación junto con el director del diario de la Santa Sede, Andrea Monda. "Sus artículos -añadió- provienen de una cultura humana, religiosa y bíblica que no coincide exactamente con la católica. Sin embargo, una lectura más profunda nos hace comprender que todos tenemos la misma raíz en el Evangelio, en Jesús, en la Palabra de Dios, que nos une mucho más de lo que creemos". Las Sagradas Escrituras son el punto de referencia de la "peregrinación ecuménica del Papa Francisco", dijo Figueroa, quien se detuvo en algunas de las etapas del magisterio de Bergoglio como el Documento sobre la Fraternidad Humana, la Fratelli tutti, la Laudato si', sin dejar de lado el viaje apostólico a Suecia por el 500 aniversario de la reforma protestante. "En esta ocasión tuve el privilegio de seguirlo y ver desde dentro cómo se vive y se percibe la cultura ecuménica no sólo en los documentos oficiales, sino también en la cercanía".

Los artículos recopilados en el libro ofrecen así un testimonio de cómo el diálogo interreligioso, siguiendo las huellas de Francisco, puede marcar la vida de las personas. "Una persona ya no es la misma después de leer las encíclicas, las homilías y las cartas apostólicas del Papa", dijo el presbítero, subrayando las raíces populares del ecumenismo. Figueroa habló en particular del "ecumenismo de periferia" y del "caso de los barrios pobres de Buenos Aires que el cardenal Bergoglio visitaba habitualmente".

El ecumenismo desafiado por la guerra

También para Impagliazzo es importante tener en cuenta la experiencia cristiana madurada en tierra latinoamericana y la contribución que esta puede aportar al mundo. "Son Iglesias que siempre han estado en contacto con las personas más pobres, que nos revelan realmente cuáles son los grandes problemas de nuestro tiempo y que también nos dan caminos para comprenderlos mejor. La gente común y el pueblo fiel de Dios, por ejemplo, piden la paz. Y esta realidad de la paz es llevada adelante por el pueblo, no por los oligarcas". Palabras que empujan el corazón hacia el este, hacia Ucrania, en busca de esperanza. "Hoy", según Impagliazzo, "este ecumenismo se ve desafiado por la guerra y nos deja algunas perplejidades. Sin embargo, es un camino que hay que recorrer continuamente, porque el camino que hemos recorrido es verdadero y hay que seguir profundizando para llegar a un acuerdo pleno sobre lo que es el valor de la paz".