Parolin: la guerra es una violencia sin sentido, seamos artesanos de la paz
Benedetta Capelli - Ciudad del Vaticano
"En este período marcado por la violencia sin sentido, la Santa Sede se compromete a contribuir al esfuerzo por la paz, que, junto con la justicia y la fraternidad, es también un don de Dios que imploramos fervientemente". Es la actualidad la que irrumpe en el discurso del cardenal secretario de Estado Pietro Parolin, al intervenir en la Pontificia Universidad Urbaniana en una conferencia sobre el diálogo y el bien común, promovida por la Embajada de Marruecos ante la Santa Sede y la Soberana Orden Militar de Malta. La pandemia y el conflicto de Ucrania son las principales preocupaciones a las que hay que responder con una "arquitectura" de la paz a la que contribuyan las instituciones de la sociedad. "Pero también hay", explica el cardenal, "un oficio de la paz que nos concierne a todos".
Respeto a la dignidad humana
"Nuestro mundo -dice Parolin- está sediento de paz, de ese bien invisible que requiere el esfuerzo y la contribución constante de todos. Incluso con respecto a la pandemia, añadió el cardenal, es necesario "desarrollar procesos concretos al servicio de la paz, poniendo en el centro de toda acción la sagrada dignidad de la persona humana y el respeto del bien común". Todos estamos llamados a contribuir a una arquitectura de paz global y permanente". El secretario de Estado recuerda las palabras del Papa al cuerpo diplomático en la Santa Sede y subraya en particular dos palabras clave, "diálogo" y "fraternidad", "centros esenciales", dice, "para superar las crisis del momento actual", caracterizado por el "ruido ensordecedor de las guerras y los conflictos". "Varias veces en los últimos días -subraya- el Papa Francisco ha instado a todos los actores de la comunidad internacional a comprometerse concretamente para poner fin a esta terrible guerra".
Paz y desarrollo
El cardenal Parolin recuerda también el establecimiento de las relaciones diplomáticas entre la Santa Sede y Marruecos que se iniciaron en 1976, la visita de Juan Pablo II en 1985 y la de Francisco en 2019, que ha calificado al país de "puente natural entre África y Europa" y ha instado a construir "un mundo más unido y más comprometido con un diálogo que respete las especificidades de cada pueblo y cada ciudadano". La paz, pero también el desarrollo, conceptos -recuerda el cardenal- reiterados por el Papa en un mensaje al Noveno Foro Mundial del Agua en Dakar, siendo este último un "verdadero símbolo del compartir, del diálogo constructivo". La invitación es a trabajar juntos especialmente para contrarrestar el problema de la sequía que ha afectado a las zonas rurales de Marruecos en los últimos tiempos.
El valor de la tolerancia
El discurso de Parolin también incluyó un pensamiento para el nuevo santo Charles de Foucauld, que había visitado Marruecos y cuya presencia "tuvo un gran impacto en la Iglesia católica del Magreb y dio lugar a muchas iniciativas para concretar el llamamiento del Concilio Vaticano II al diálogo con otras religiones, especialmente con los musulmanes". "Marruecos", concluyó el Secretario de Estado, "es un país rico en belleza, que siempre ha sido un lugar de encuentro de civilizaciones", caracterizado por una tradición de tolerancia. "Como creyentes, estoy convencido de que debemos reconocer con alegría los valores religiosos que tenemos en común. Las ideologías y los eslóganes no nos ayudarán a afrontar los problemas de nuestra vida cotidiana y de la sociedad. Sólo los valores espirituales y morales pueden hacerlo, gracias a Dios' y a su misericordia.
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