Parolin: Proteger el arte es preservar una cultura y un alma
Fausta Speranza - Vatican News
Preservar el patrimonio cultural preservando "la profundísima relación entre arte y espiritualidad" y contrastando el limitado horizonte del "paradigma tecnocrático": este es, en extrema síntesis, el llamamiento que el Secretario de Estado Cardenal Pietro Parolin dirige a todos y en particular a los "responsables políticos" en el mensaje inaugural dirigido al Arzobispo Savio Hon Tai-Fai, Nuncio Apostólico en Malta, en ocasión de la Conferencia European Cathedrals Malta 2023. El Equilibrio entre Conservación y Espiritualidad, que se celebra hoy y mañana (11 y 12 de mayo), en Malta, en la Concatedral de San Juan.
El Cardenal Parolin recuerda que todos los esfuerzos en materia de restauración y conservación de objetos artísticos no pueden prescindir de la "conservación de los significados y valores históricos, culturales y religiosos que esos objetos expresan". Citando a Miguel Ángel y a Kandinsky, subraya cómo los artistas siempre han hablado del arte en relación con la sacralidad, de "necesidad interior", de "impulso espiritual", de respuesta al "hambre espiritual" del ser humano. Y recuerda que "todos los grandes movimientos espirituales, incluidos los no creyentes, han ejercido una gran influencia en el arte a lo largo de los siglos".
Surge un primer hito conceptual: "Los artistas han ayudado a la Iglesia a traducir su mensaje divino al lenguaje de las formas y las figuras, haciendo palpable el mundo invisible", "el culto siempre ha encontrado en el arte un aliado natural". A continuación, explicó que "no es exagerado afirmar que una ciencia de la conservación basada en los valores es, por su propia naturaleza, una forma de espiritualidad, ya que pretende extender en el tiempo los valores atribuidos a las dimensiones tangibles e intangibles de nuestro patrimonio cultural". Por tanto, en estas consideraciones ocupa un lugar primordial el compromiso de la Iglesia "promotora y guardiana del arte sacro" y de la Santa Sede, del que el cardenal Parolin recorre etapas muy significativas. Cita la adhesión de la Santa Sede al Convenio Cultural Europeo en 1962, la firma de la Declaración Europea sobre los Objetivos Culturales en Berlín en 1984 y el nacimiento de la Pontificia Comisión para la Conservación del Patrimonio Artístico e Histórico de la Iglesia en 1993.
De San Pablo VI recuerda las palabras dirigidas a los artistas en 1964 en la Capilla Sixtina: "Vuestro oficio, vuestra misión, vuestro arte es precisamente el de captar los tesoros del reino celestial del espíritu y revestirlos de palabras, colores, forma y accesibilidad" para "preservar la inefabilidad de tal mundo, el sentido de su trascendencia, su aura de misterio, esta necesidad de alcanzarlo con facilidad y esfuerzo al mismo tiempo". San Juan Pablo II cita una expresión recurrente: "Los artistas participan en la artesanía creadora de Dios a través de sus obras de arte". De la Comisión Pontificia en particular recuerda la invitación a "releer" el patrimonio cultural de la Iglesia, desde las majestuosas catedrales hasta los objetos más pequeños; desde las maravillosas obras de arte de los grandes maestros hasta las expresiones menores de las artes más pobres".
Y luego está la invitación del Papa Francisco a pensar en términos de "encuentro" y en el necesario cambio de mentalidad y de acciones que -sugiere el cardenal Parolin- se traduce en estos temas en una recomendación precisa: "El encuentro entre quienes trabajan en la conservación y el patrimonio cultural no debe estar condicionado por el paradigma tecnocrático que promueve actitudes, enfoques y preocupaciones equivocadas que se limitan únicamente a la conservación del tejido físico de los objetos artísticos. Los restauradores y custodios del arte se ocupan tanto de la dimensión física y exterior de nuestro patrimonio cultural como de su realidad inmaterial y suprasensible".
El llamamiento es fuerte también en la Encíclica Laudato si', donde -recuerda el Secretario de Estado- "el Papa Francisco lamenta cómo el horizonte actual de la tecnocracia reduce todos los objetos a la eficiencia, a la búsqueda del beneficio y al consumismo". Francisco subraya que, por el contrario, "cuando la sabiduría prevalece sobre la arrogancia tecnocrática, entonces el proceso de conservación cultural se convierte en un encuentro con la realidad sagrada que se manifiesta más allá de las apariencias superficiales" y "el proceso de conservación se convierte en una experiencia espiritual de encuentro con el misterio". 'El objetivo -aclara el cardenal Parolin- es garantizar una conciencia común y una sensibilidad moral entre los responsables políticos', tal y como -subraya- reiteró el papa Francisco el 20 de diciembre de 2013 a los diplomáticos italianos, animándoles precisamente a 'desplegar el patrimonio cultural del arte para difundir una cultura del encuentro'.
El pensamiento se extiende a las próximas generaciones, dice el cardenal Parolin, citando el compromiso del Observador Permanente de la Santa Sede ante la UNESCO de promover la convicción de que "los enfoques de la conservación no solo deben tratar de preservar el mundo del arte como portador de belleza, sino también, y sobre todo, como síntesis de valores religiosos y espirituales que no pueden prescindir del encuentro con la comunidad a la que pertenece y con sus contextos históricos, geográficos y arquitectónicos".
Como conclusión, leemos el deseo del cardenal Parolin de que "el arte sea un medio cada vez más eficaz para acercar a quienes buscan sentido al mensaje evangélico y suscitar en toda persona de buena voluntad ese amor a la belleza que abre el espíritu a la verdad y al bien".
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