P. Dario Vitali: La prioridad del Sínodo es la acción del Espíritu Santo
Eugenio Bonanata - Ciudad del Vaticano
La prioridad de la asamblea general del sínodo es captar la acción del Espíritu Santo. El Papa Francisco lo ha repetido muchas veces: esto es lo que distingue al sínodo de un parlamento o de una mera recopilación de opiniones sobre distintos temas. Se trata de un acontecimiento eclesial, basado en una dimensión espiritual, que operativamente tiene lugar también gracias al servicio ofrecido al margen de los trabajos por un grupo de "expertos".
Escuchar
Una novedad con respecto al pasado. La categoría se divide en dos bloques: facilitadores - llamados a ayudar a los círculos más pequeños en la comunicación - y teólogos. Estos últimos estarán "al servicio de la asamblea para leer los textos, proponer y escuchar", explica a Telepace el coordinador de los teólogos, el padre Darío Vitali. "Uno de los mayores retos para nosotros, los teólogos - continúa - será escuchar lo que se dice y reconocer, según las competencias que hemos desarrollado, dónde se forma el consenso".
Conversar en el Espíritu
Un punto fundamental, este último, porque es precisamente en la realidad compartida, hecha de palabras y escucha, donde actúa el Espíritu: ilumina, guía, sugiere y se mueve en la circularidad de la confrontación entre hermanos y hermanas. "El sínodo es el lugar donde se manifiesta el consenso sobre cómo vivimos el Evangelio", señala don Darío, recordando cómo también el Instrumentum Laboris insiste en esta metodología, llamándola "conversación en el Espíritu".
Caminar juntos
"En su concreción - se lee en el documento de la Secretaría General - la conversación en el Espíritu puede describirse como una oración compartida en vistas a un discernimiento en común". Un camino "profético" y constructivo capaz de representar a todos y armonizar incluso las voces marginales. "Hay que mirar los elementos que surgen en términos de consenso para caminar juntos", sigue explicando don Vitali, reflexionando también sobre el papel de los periodistas ante la petición del Papa de silencio y de que los trabajos se desarrollen a puertas cerradas. La premisa es que "el Sínodo no termina el 29 de octubre, sino que habrá otra fase en octubre de 2024 para permitir a las Iglesias particulares familiarizarse con los caminos recorridos".
Preguntarse hacia dónde va la Iglesia
Así pues, el camino continúa. Y no hay necesidad de centrarse en cuestiones divisivas en el curso del trabajo, que -es bueno tenerlo presente- pretende identificar y traducir en la práctica las formas de la Iglesia del tercer milenio. "Al fin y al cabo -observa Vitali a propósito de la publicidad- no se permite la presencia de periodistas ni siquiera en el Cónclave, sin que nadie se queje de la apertura al espíritu o a la comunicación en esa ocasión". En el Sínodo, en cambio, sería oportuno "preguntarse hacia dónde va la Iglesia para construir la comunión, ser misión y permitir la participación de todos". En cualquier caso, esta es la invitación a los periodistas: "Escuchar y contar lo que el Espíritu está abriendo", espera don Darío. "O, como dice el Papa, lo que el Espíritu está llevando a cabo en términos de proceso".
Gracias por haber leído este artículo. Si desea mantenerse actualizado, suscríbase al boletín pulsando aquí