Premio Ratzinger. Blanco y Torralba: Fe y razón, las notas del Mozart de la teología
Vatican News
Una actitud de "moverse volando alto con las dos alas abiertas de la razón y la fe, aunque siempre con humildad, esfuerzo y perseverancia". Éste es el legado, "vivo y que fructificará en el camino futuro de la Iglesia", que Benedicto XVI deja a poco menos de un año después de su muerte, como lo subrayó el cardenal Secretario de Estado Vaticano, Pietro Parolin, durante la entrega del Premio Ratzinger 2023, la tarde de este jueves, 30 de noviembre, en la Sala Regia del Palacio Apostólico.
Los premios Ratzinger se vienen entregando cada año desde 2011 por la Fundación Vaticana del mismo nombre a "eruditos que se han distinguido por méritos particulares en publicaciones y/o investigaciones científicas". Este año, el Premio Ratzinger 2023 fue otorgado a los teólogos y filósofos españoles Pablo Blanco Sarto y Francesc Torralba Roselló.
Cardenal Parolin: Continuidad con Francisco
Temas y problemas, recordó el cardenal Parolin, cuyas profundas razones contribuyó a comprender Benedicto XVI – pensemos en la Encíclica Caritas in Veritate y sus influencias en la Laudato si' y Fratelli tutti – y que está en fuerte continuidad con la enseñanza del Papa Francisco. Una guía también para afrontar la crisis de los abusos sexuales de los miembros del clero, recordó el Secretario de Estado, "cuya gravedad ya había visto como cardenal prefecto y que tuvo que afrontar a lo largo de su pontificado". "Lo hizo – reiteró el Purpurado – con íntimo sufrimiento, pero con humilde respeto por las víctimas y por la verdad, orientando a la Iglesia por los caminos de la escucha, la justicia y el rigor, la conversión y la prevención". Veía lo esencial "con orden y claridad", y lo ha recordado incluso, hasta la "creciente fragilidad de la vejez vivida en la oración". El gesto mismo de renuncia fue definido por Parolin como "una admirable síntesis de una visión clara y razonable de la situación, de responsabilidad en el ejercicio del gobierno y de humildad ante Dios y los hombres".
Blanco Sarto: He oído la música del Mozart de la teología
El primer galardonado fue el teólogo de la Universidad de Navarra, Pablo Blanco Sarto, de quien el cardenal Luis Ladaria, Prefecto emérito del Dicasterio para la Doctrina de la Fe, recordó el volumen de 2011 “La Teología de Ratzinger”, donde “una mirada basta para hacerse una idea de la amplitud del pensamiento de Ratzinger: La belleza, la liturgia, la Iglesia, la persona, la fe, el amor, el ministerio, María, Jesucristo”.
El teólogo español, nacido el 12 de julio de 1964 en Zaragoza, señaló a Vatican News que se sentía “prácticamente como en el cielo, porque el cielo no te lo mereces, pero lo puedes alcanzar por la misericordia de Dios y los méritos de Jesucristo”. “Por tanto, indicó el padre Blanco, esto supone en primer lugar una gran alegría, llevar un premio con el nombre de Ratzinger es algo que llena de orgullo. Por otro lado, en mi caso como he estudiado tanto el pensamiento y la figura de Ratzinger y también he escrito sobre él, esto viene a ser como como una confirmación de que todo lo que he hecho anteriormente, pues no estaba mal encaminado, es un espaldarazo importante”.
Y resumiendo el pensamiento del Mozart de la teología, Pablo Blanco dijo que podría resumirlo en 7 palabras: “razón, de la cual se hablado hoy; corazón, el sentido del verdadero amor; después oración, que es algo central en su pensamiento; el tema la creación de la casa común, del cual hablado también el Papa Francisco; luego lógicamente en el centro tiene que estar Jesucristo, en torno a Jesucristo está la Iglesia; la última palabra con la cual resumía es belleza. Quizás son demasiadas palabras 7, pero yo creo que ahí está compendiado lo más nuclear y lo más importante del pensamiento de Ratzinger”.
Torralba Roselló: Amplió el concepto de razón
En cambio, el segundo galardonado, el filósofo Francesc Torralba Roselló fue presentado por el cardenal Gianfranco Ravasi, Presidente emérito del Consejo Pontificio para la Cultura, quien indico el trabajo del profesor Torralba al ampliar el concepto de razón moderna, "añadiendo la medida del don y añadiendo la gratuidad". La razón, para Benedetto, no puede reducirse únicamente a lo verificable y lo experimental. Toda metafísica quedaría excluida, mientras que la fe y la razón son fundamentales para la construcción del mañana.
El filósofo y teólogo español nacido en Barcelona, el 15 de mayo de 1967, expresó a Vatican News su emoción y su “enorme gratitud, un gran respeto y a la vez una gran responsabilidad. La verdad es que no estaba nunca en mi expectativa poder recibir un premio de esta naturaleza y es un estímulo a seguir trabajando, a seguir publicando, a seguir expresando pensamiento en un mundo donde urge el pensamiento y especialmente, el pensamiento cristiano. Por lo tanto, lo agradezco mucho y me estimula a seguir trabajando”.
Otro de los aportes que nos ha dejado Joseph Ratzinger, según el profesor español es la profunda relación entre fe y razón. “Ratzinger tenía como intención mostrar el carácter razonable que tiene la fe, la fe no es un grito, no es un puro sentimiento, no es una salida desesperada al absurdo, sino que tiene sus razones, tiene sus motivos, tiene su lógica”. Ratzinger tuvo la voluntad como teólogo de intentar dar razón de esta fe y comunicar esta razón al mundo con un lenguaje que pudiera comprender este mundo, que fuera significativo y a la vez que fuera un lenguaje inteligible en el pensamiento moderno y contemporáneo y eso es un ejercicio sumamente necesario, pero a la vez muy complejo.
Lombardi: Nos enseñó a buscar y encontrar la verdad
“Joseph Ratzinger nunca tuvo la intención de construir su propio sistema de pensamiento ni establecer su propia escuela, pero nos enseñó a buscar y encontrar la verdad con la fuerza de la razón y la luz de la fe, manteniendo siempre la razón 'abierta', en el diálogo entre las personas, disciplinas y grandes tradiciones religiosas", explicó en la inauguración el padre Federico Lombardi, Presidente de la Fundación Ratzinger. “En el tiempo tan dramático que vivimos – continuó el padre Lombardi – es la dignidad misma de la persona y el sentido de su vida y de su ser en el mundo los que se ponen a prueba en sus fundamentos” y en este sentido el Papa Ratzinger “era muy consciente de las posibilidades y los riesgos del camino de la humanidad, así como de la misión de la Iglesia para su salvación. Nos lleva a entrar con humildad y valentía en lo más profundo, para encontrar y redescubrir puntos de referencia comunes sólidos e indispensables".
La oración ante la tumba de Benedicto XVI y la audiencia con Francisco
El padre Federico Lombardi también recordó las reuniones que precedieron a la entrega del Premio Ratzinger 2023. Por la mañana de este 30 de noviembre, los presentes se reunieron para orar en las Grutas Vaticanas, cerca de la tumba de San Pedro y de la tumba de Benedicto XVI. "Pedimos juntos al Señor – subrayó el Presidente de la Fundación – que le recompense por su servicio, pero también que su legado espiritual y cultural siga dando frutos preciosos para la Iglesia, para nosotros y para el bien de la humanidad. Pensamos que es un deber cultivar no sólo en la reflexión cultural, sino también en la comunión espiritual y en la oración, el sentido de la presencia viva e inspiradora de este gran maestro y pastor nuestro”. Luego los ganadores fueron recibidos en audiencia por el Papa Francisco.
Y este 29 de noviembre, tuvo lugar en la Pontificia Universidad Gregoriana la primera cita del proyecto de estudios “Legado de Benedicto XVI”; finalizará la próxima primavera en Indiana, Estados Unidos, sede del De Nicola Center de la Universidad de Notre Dame, que organizó el evento y se suma a la red de universidades que colaboran con la Fundación Vaticana.
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