Periodistas asesinados en Ecuador. Los obispos: dolor y preocupación
Griselda Mutual - Ciudad del Vaticano
“Con dolor recibí la noticia del asesinato de los tres hombres secuestrados a fines de marzo en la frontera entre Ecuador y Colombia. Rezo por ellos y por sus familiares, y estoy cercano al querido pueblo ecuatoriano, los aliento a ir adelante unidos y en paz, con la ayuda del Señor y de su Santísima Madre”: así se pronunció el Papa Francisco este domingo 15 de abril a la hora del Regina Coeli, tras recibir la triste noticia del asesinato de los tres periodistas secuestrados en Ecuador, el 26 de marzo pasado.
El periodista Javier Ortega, el fotógrafo Paúl Rivas, y el conductor Efraín Segarra, habían sido secuestrados en Esmeraldas, frontera norte con Colombia, el 26 de marzo pasado, en el marco de una investigación sobre la violencia que se desata en esa zona.
"Nos faltan tres y los queremos vivos": era el apremiante llamamiento que pronunciaban los obispos de la Conferencia Episcopal Ecuatoriana, en relación al secuestro, el cinco de abril pasado.
Tan solo ocho días después, los prelados de la Conferencia Episcopal ecuatoriana en el comunicado conclusivo de su CXLIII Asamblea Plenaria Ordinaria, han debido lamentar la noticia del asesinato equipo periodístico del diario El Comercio:
"Nos unimos en una profunda y sentida oración por el eterno descanso nuestros hermanos Javier Ortega, Paúl Rivas, Efraín Segarra, a la vez que expresamos nuestra cercanía y solidaridad a sus familiares por tan irreparables pérdidas humanas, como también a todos los comunicadores que arriesgan su vida por darnos a conocer la verdad de los hechos", escriben los obispos, en este momento "de dolor y honda preocupación".
Los prelados realizan, asimismo, un llamamiento a los gobiernos de Ecuador y Colombia, a fin de “crear o consolidar condiciones de vida más dignas, fraternas y justas", en particular en la zona fronteriza, con el desarrollo de fuentes de trabajo y políticas de bienestar social, y con el aumento de los sistemas de seguridad.
A los grupos políticos y sociales armados, los Obispos llaman a "deponer el uso de la fuerza para superar las injusticias y a unirse a las iniciativas de diálogo y respeto". Y a todos los grupos y organizaciones "que se enriquecen utilizando medios inhumanos e ilícitos como la coima, el terrorismo, el secuestro, el chantaje y el asesinato", llaman "a no someterse a intereses económicos involucrados en la trata de personas y en la producción y tráfico de armas y de substancias tóxicas-adictivas", a la vez que ratifican su compromiso de seguir trabajando por una sociedad más pacífica, justa y solidaria".
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