Mensaje del cardenal Tagle para la Pascua: «juntos, seamos uno»
Sofía Lobos - Ciudad del Vaticano
Ante la inminente celebración de la Pascua, el cardenal filipino Luis Antonio Tagle lanza un mensaje en el que recuerda los objetivos de la campaña global promovida por Caritas Internationalis y apoyada por el Papa Francisco, «Compartiendo el viaje», que desde el pasado año trabaja para alentar a las comunidades de todo el mundo a acercarse a los migrantes y refugiados para conocer de cerca la realidad de sus historias.
El amor se revela a sí mismo
El escrito de Su Eminencia inicia con una pregunta: ¿Dónde está el amor?
Un interrogante que también se planteó Cristo en la cruz cuando gritó: “Dios mío, ¿por qué me has abandonado?”... ¿Dónde estaba el amor cuando Jesús fue traicionado, abandonado por sus amigos y crucificado como un criminal?
A veces nos encontramos en un lugar oscuro, como Jesús en la cruz, y nuestras vidas pueden parecer sin amor - escribe el purpurado- explicando que cuando las injusticias se imponen y reinan los tiranos, parece que el mundo entero está en un lugar oscuro.
No obstante, "si miramos más detenidamente a las personas y las situaciones, es entonces cuando vemos que el amor se revela a sí mismo".
En la cruz también hubo momentos de amor
Por otra parte, el presidente de Caritas Internationalis destaca que en el viaje de Jesús —su Calvario— hacia la cruz, también hubo momentos intensos de amor:
"Las mujeres y Juan, que arrostraron el dolor de estar al pie de la cruz cuando todos los demás lo había abandonado; el buen ladrón, que rompió el estereotipo del delincuente impenitente y pidió ser recordado cuando Jesús entrara en su Reino; José de Arimatea, quien venció su temor de declararse un seguidor abierto de Cristo para pedirle a Pilato su cuerpo; Nicodemo, quien generosamente dio grandes cantidades de mirra y áloe para embalsamar el cuerpo de Cristo; las mujeres que fueron a la tumba al tercer día para atender el cuerpo, aunque no tenían idea de cómo mover la roca que bloqueaba su entrada; e incluso Pilato, que vio la injusticia de la situación y quiso liberar a Jesús".
Un pequeño gesto marca una gran diferencia
En este sentido, el cardenal afirma que lo único que todas estas acciones tienen en común es que parecen casi insignificantes, especialmente si se comparan con la violencia de la crucifixión y todo lo que había sucedido antes: "¿Qué diferencia puede suponer un acto de bondad ante el implacable mal?".
"La respuesta es mucha: ya que un acto de bondad siempre supone una gran diferencia en el mundo, incluso en formas que ni siquiera podíamos imaginar. Lo que debemos recordar es que son estos pequeños actos de cuidado y amor los que se coronan con el amor total y abnegado de Cristo crucificado en la cruz", asevera Su Eminencia.
Cultura del encuentro
El Arzobispo de Manila, hace hincapié en que desde la época de Cristo, que atendía a los pobres, curaba a los enfermos y acogía a los marginados, "nuestra fe se ha construido a través de encuentros y de personas que se entregan a sí mismas para poder ver a las personas y sus situaciones desde una profunda comprensión".
"Somos llamados a ser cristianos para encontrarnos con los demás y caminar con ellos humildemente, sin prejuicios ni la idea de tener la respuesta a todos sus problemas. Es a través de estos encuentros que nuestros corazones se abren y se presentan con un nuevo horizonte y una energía renovada para avanzar. Es a través de estos encuentros cuando el espíritu transforma los corazones de las comunidades y juntos construimos el Reino de Dios", añade.
El poder del amor de Cristo
Asimismo, el cardenal invita "a aprovechar el poder del amor liberado por Cristo resucitado en esta Pascua esparciendo semillas de esperanza por todo el mundo y a compartir el viaje con migrantes y refugiados, caminando con ellos".
"Caritas es amor; pero amor no es solo una palabra, es un estilo de vida, de ver, de encontrar y comprender a otras personas. Es el estilo de vida de estar y vivir para otros en la creencia de que la luz siempre superará a la oscuridad para que juntos podamos ser uno", concluye el purpurado.
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