Mensaje de la CEE para Jornada Mundial de las Comunicaciones Sociales
María Cecilia Mutual - Ciudad del Vaticano
“La red debe ser poblada de nuevas comunidades cristianas con los mismos rasgos de aquellas primeras comunidades que impresionaron y transformaron su tiempo: lugares de comunión y celebración de la palabra, espacios para el aliento y la compañía ante las dificultades, ambientes en los que se organiza y se prepara la misión, como anuncio del verbo de Dios encarnado”, afirman los obispos de la Conferencia Episcopal Española en el Mensaje para la Jornada Mundial de las Comunicaciones Sociales a celebrarse el próximo 2 de junio, hecho público este 27 de mayo. En el Mensaje titulado “La necesidad de una comunidad de personas” los obispos españoles analizan los cambios acaecidos por el desarrollo digital en los últimos años y afirman que las comunidades cristianas deben trabajar “por llenar de buenas noticias el espacio digital y combatir con gracia y elegancia la cizaña que en ese lugar se puede encontrar”.
Somos miembros unos de otros
Los obispos de la CEE recuerdan que el Papa Francisco en su Mensaje para la Jornada Mundial de las Comunicaciones Sociales 2019 hace una llamada a 'formar comunidades de personas' con las palabras que San Pablo dirigió a los habitante de Éfeso: "Somos miembros unos de otros" y constatan que éstas son palabras de "plena actualidad" ante la aparición de intensas relaciones digitales que “hacen languidecer o incluso desaparecer otras relaciones en las que sus protagonistas están cara a cara”, constatando que “son cada vez más las personas, especialmente jóvenes, cuyas relaciones con los demás se realizan a través de nuevas herramientas de comunicación con una calidad sensiblemente inferior, pero que ellos consideran suficiente y que no están dispuestos a cambiar”.
La moneda de pago de los servicios digitales
Haciendo memoria histórica de esta transformación en las relaciones y “el desarrollo digital acelerado en apenas veinte años”, “debido al esfuerzo realizado por compañías tecnológicas que ofrecen herramientas y servicios gratuitos y de calidad”, los prelados constatan que este ‘desarrollo digital’ ha causado ciertamente “un avance de las relaciones personales y de las comunicaciones sin precedentes” así como “acumulación y difusión del conocimiento humano exponencial”. Pero a cambio, “las compañías recogen información personal de los usuarios masivamente” y la “moneda de pago de estos servicios es la propia intimidad”, "ofrecida por esas compañías en el mercado de la información”.
Debilitación de las relaciones personales
Analizando los efectos de esta transformación digital, los obispos de la CEE constatan “la debilitación de las relaciones personales, la manipulación de las opciones sociales y el bien común, o la dificultad creciente para acceder a la verdad que ya anuncia nuevas modalidades”. “Las relaciones digitales - aseguran los prelados - pueden preceder o prolongar las relaciones personales, las conversaciones cara a cara, pero no las pueden sustituir”.
Manipulación de opciones sociales
Segundo cuestionamiento de los obispos es la “manipulación interesada de las opciones sociales” y del “bien común”. “La investigación sociológica está demostrando la capacidad que tienen los entornos digitales para modificar las percepciones y las decisiones libres en aquellos contextos en los que son los ciudadanos los que tienen la capacidad de tomar decisiones de largo alcance”. Última alternativa para contrastar esta situación – dicen los obispos – es “redoblar la formación social de los ciudadanos, haciéndoles conscientes de la responsabilidad que tienen sobre el bien común, no sólo con sus opciones y decisiones sobre el gobierno de lo público sino también con sus acciones positivas en favor de los otros”.
Dificultad creciente para el acceso a la verdad
Consecuencia de los dos cuestionamientos anteriores es la dificultad en el contexto digital para “acceder a la verdad”, precisan los obispos españoles, evidenciando que “el problema no es que el mundo de internet, desde la web hasta las redes sociales, se haya convertido en el espacio de los bulos, las calumnias, las insidias o las falacias; sino que, conviviendo éstos con la verdad, el rigor, la objetividad o la exactitud, no existen las herramientas para discernir lo uno de lo otro”. “El problema – subrayan – es que “corremos el riesgo de alimentarnos con la mentira o el error” y “la verdad se ha hecho, de tan costosa, casi inaccesible”.
El deber del cristiano: acercar a las comunidades
Para los prelados españoles, el objetivo de cualquier cristiano en la red debe ser “acercar a las comunidades de la Iglesia presencial a todos los que se acercan a cualquier comunidad eclesial digital y así poder celebrar juntos la eucaristía, la reconciliación y la pertenencia a la Iglesia”.
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