Secretarios especiales del Sínodo: ¿Por qué el Amazonas amerita un sínodo?
El próximo Sínodo de los obispos sobre la Amazonía, que se celebrará en Roma del 6 al 27 de octubre de 2019, tiene por tema: «Nuevos caminos para la Iglesia y para una ecología integral». Examinará aspectos muy importantes para «toda persona que habita este planeta», como ha escrito el papa Francisco en la introducción de su Encíclica Laudato si’. “¿Por qué el Amazonía es tan importante para dedicarle un Sínodo? ¿Qué es la «ecología integral»? ¿Cuáles podrían ser esos «nuevos caminos» para la Iglesia? ¿De qué se trata un sínodo?”: son las preguntas a las que responden el cardenal nombrado por el Papa Francisco Michael Czerny S.J. y Mons. David Martínez de Aguirre Guinea O.P, ambos secretarios especiales del Sínodo, que asistirán al orador general, el cardenal brasileño Cláudio Hummes, en un extenso artículo publicado por “La Civiltà Cattolica” en cinco idiomas.
El pontificado de Francisco – leemos – ha resaltado el desafío del Amazonas para la Iglesia, y eso está provocando una rápida reacción en varias congregaciones religiosas que están retornando, repensando o reorientando su misión en el territorio. El Sínodo quiere responder al reto de Aparecida de relanzar con «fidelidad y audacia» la misión de la Iglesia en la Amazonía. Se precisa que asumamos la importancia de nuestra presencia en este territorio tan especial, y a la vez que captemos la singularidad del modo de evangelizar que este territorio requiere.
El Sínodo ayudará a asumir nuestra identidad Amazónica
La Iglesia adquiere un rostro Amazónico a través de la participación de la gran diversidad de pueblos que la habitan. No solo de aquellos originarios que habitaron y cuidaron el territorio durante milenios sino de cuantos otros rostros han llegado y se han ido sumando. Estos últimos, muchos de ellos fieles católicos, están especialmente llamados a sentirse parte de la Amazonía, a respetarla y a identificarse con ella.
El Sínodo ayudará a asumir a todos, pueblos originarios, ribereños, afrodescendientes, mestizos, migrantes andinos y habitantes de la ciudad, nuestra identidad Amazónica, y a encontrar una estructura eclesial que permita un estatuto propio para adecuarse a las exigencias pastorales específicas de la misma.
Profundizar el proceso de inculturación
Nuevos caminos para la Iglesia significa también profundizar el «proceso de inculturación» (EG 126) y la interculturalidad (cf. LS 63, 143 146). Es importante que los pueblos originarios se «adueñen» de la Iglesia. Ellos son sujetos activos de la evangelización (no solo objeto) y por lo tanto, quienes deben hacer el proceso de inculturación. El misionero debe asumir el rol secundario que le otorga su provisionalidad para dar prioridad al protagonismo que debe tener la comunidad indígena evangelizada.
La Iglesia Católica todavía mantiene el gran desafío de que los pueblos originarios amazónicos se sientan parte de ella y aporten desde su riqueza espiritual el resplandor de Cristo que brilla en sus culturas. Esta actitud desacomplejada y decidida de la Iglesia no anula el diálogo interreligioso con quienes no acepten a Jesucristo.
Desafío de una «pastoral de la presencia»
El Instrumentum Laboris deja manifiesta la complejidad de la obra de la Iglesia en la Amazonía. Sus grandes distancias, la diversidad cultural, la escasez de sacerdotes obligan a la Iglesia a dar respuestas pastorales audaces y efectivas. Los padres sinodales y los otros participantes tendrán que responder al desafío de pasar de una «pastoral de la visita» a una «pastoral de la presencia». Para dar este importante paso se necesita un planteamiento sobre los ministerios pastorales y servicios en las comunidades. Por un lado, será una oportunidad para seguir implementando el Concilio Vaticano II y explotar las posibilidades que este abre para que los pastores puedan dar respuestas efectivas a las necesidades ministeriales de sus Iglesias locales. Por otro lado, se tendrá que ver qué novedades pastorales aporta para poder asegurar la presencia de ministros de los sacramentos en cada comunidad. En este sentido, el ministro de la Eucaristía adquiere una relevancia especial en cuanto que «la Iglesia vive de la Eucaristía y la Eucaristía edifica la Iglesia».
Valentía y pasión para hacer propuestas audaces
Esto exige propuestas «audaces» de la Iglesia en la Amazonía, que presupone valentía y pasión, como nos pide el papa Francisco (cf. IL 106). El Pontífice nos ha llamado a un compromiso audaz con las condiciones contemporáneas, muy específicamente en Laudato si’, más ampliamente en Evangelii Gaudium y Gaudete et Exsultate, y con especial sensibilidad a los anhelos humanos en Amoris Laetitia. Estos documentos ayudan a aclarar qué es pastoral para los líderes eclesiales, los miembros de la iglesia y otras personas en el Amazonas.
Nuevos caminos proféticos en el Amazonas
La grandeza y la estabilidad del magisterio no deben distraer a la Iglesia de abordar necesidades únicas de manera apropiada. «Una medida no sirve para todos», y en esta región, en este momento, el desafío es ser Iglesia con rostro amazónico e indígena (cf. IL 107-111, 115-116).
Es este el propósito del próximo sínodo, «buscar nuevos caminos proféticos en el Amazonas» para la Iglesia y para la ecología integral.
La región amazónica es tan enorme e inmensa como sus desafíos. Si se destruye, los impactos se sentirán en todo el mundo. Para la gente de ese territorio, el Amazonas es su hogar en el sentido más completo del término; así que «es necesario trabajar para hacer de Amazonas un hogar para todos y que merezca el cuidado de todos» . (Extracto del artículo "Por qué el amazonas amerita un sínodo", publicado por La Civiltà Cattolica).
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