Colombia: clamor y esperanza en medio del conflicto
El trágico resultado del ataque, atribuido por muchos a la disidencia de las FARC en la lucha armada, en la reserva de Tacueyó, en el municipio de Toribio (departamento del Cauca, en el centro-sur del país), está causando una fuerte impresión en Colombia: cinco personas murieron, la gobernadora indígena de la comunidad Nasa Cristina Bautista y cuatro de sus guardaespaldas: José Gerardo Soto, James Wilfredo Soto, Eliodoro Uniscue y Asdruval Cayapu; cuatro, en cambio, resultaron heridas. El Consejo Regional Indígena del Cauca acusó a las "nuevas" FARC, y en particular al grupo "Dagoberto Ramos". El ataque fue motivado por la voluntad de golpear a líderes y comunidades valientes que están tratando de mantenerse a sí mismos renunciando a los cultivos ilegales.
La Iglesia condena la violencia
Hubo numerosas reacciones, incluso a nivel eclesial. El Arzobispo de Popayán, Monseñor José Rueda Aparicio, en un comunicado emitido ayer por la tarde, expresó rechazo por lo ocurrido “y por toda incursión armada”. Además de rechazar el narcotráfico, las amenazas y los atentados contra la vida de los seres humanos y la vida de la creación, exigiendo “el respeto a la vida, la paz y al trabajo honrado”.
Llamamiento a la esperanza
Sin embargo, el arzobispo exhortó a la esperanza, a pesar de los conflictos que ensangrientan el país y con particular intensidad al propio departamento del Cauca: “No dejemos nuestras tierras, no dejemos nuestras familias, no abandonemos a nuestras organizaciones sociales, no dejemos nuestra oración confiada”. Monseñor Rueda Aparicio hizo un llamamiento “ a la comunidad nacional e internacional, a la academia, a las organizaciones que defienden los derechos humanos de los pueblos, a los medios de comunicación y a todos aquellos que quieren unirse en el Cauca y en Colombia para defender la vida, para construir la paz y la reconciliación”.
Proximidad y solidaridad con las comunidades indígenas
Monseñor Héctor Fabio Henao Gaviria, director del Secretariado Nacional de Pastoral Social-Caritas Colombiana, también expresó su tristeza y preocupación por "los hechos que están ocurriendo en el departamento del Cauca, en particular la masacre ocurrida en Tacueyó". "Expresamos nuestra solidaridad con las familias de los asesinados, los heridos y el pueblo Nasa. Sobre todo, un llamado muy fuerte para que nos mantengamos en torno a la guardia indígena, a la población de Tacueyó, a las comunidades indígenas que han tomado la decisión de ver su territorio libre de cultivos ilícitos", para que "cultiven sus campos y vivan con dignidad", dijo el prelado.
No al narcotráfico
Al respecto, el director del Secretariado Nacional de Pastoral Social-Caritas agregó que "es necesario actuar de manera coordinada, en diálogo con las autoridades nacionales, la comunidad y las autoridades indígenas con su guardia, para establecer un marco adecuado de protección". Es necesario además "el apoyo social del Estado, una respuesta que garantice la supervivencia de las comunidades y fortalezca ese grito de 'No al narcotráfico', manteniendo al mismo tiempo una capacidad de producción decente y sostenible en el largo plazo".
El contexto electoral
La noticia del ataque llegó apenas dos días después de las elecciones en los Departamentos y Municipios que paradójicamente decretaron los primeros éxitos de las FARC "oficiales" que se convirtieron en partidos políticos, que obtuvieron su primer alcalde, Guillermo Torres en Turbaco, Bolívar, y contribuyeron a la victoria del líder social Marino Gueso en Guapi, en pleno Cauca. También en este departamento fue elegido por primera vez gobernador un afrodescendiente, Elías Larrahondo. (SIR)
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