Filipinas. Monseñor Mallari pide reconsiderar decisión de cerrar 55 escuelas tribales
El Obispo de San José, Roberto Mallari, denunció la decisión del gobierno, anunciada este 8 de octubre, de cerrar definitivamente 55 escuelas tribales en la región de Mindanao, en el sur de Filipinas. Monseñor Mallari compartió su tristeza por esta decisión, diciendo que las autoridades no habían hecho lo necesario para mejorar el sistema educativo del país. El prelado, que dirige la Comisión Episcopal de Catequesis y Educación Católica, pidió al Departamento de Educación que ayude a las escuelas a obtener lo que necesitan para funcionar.
Es siempre mejor tener escuelas, aunque no cumplan con todos los requisitos
La decisión de cerrar 55 escuelas tribales en Mindanao fue anunciada oficialmente el 8 de octubre por el Departamento de Educación, que acusó a las escuelas de enseñar "ideologías subversivas". Según las autoridades, las escuelas en cuestión no han cumplido con los requisitos del gobierno y son culpables de varias discrepancias, incluida la contratación de maestros no autorizados. Mons. Mallari respondió que es mejor tener escuelas, aunque no se cumplan todas las condiciones necesarias, que no tener ninguna. "No obstante todo, los niños todavía pueden aprender si una escuela funciona", añadió.
Aliento del obispo a los estudiantes: no pierdan la esperanza
El obispo hizo un llamado a los estudiantes indígenas afectados para que se mantengan optimistas y no pierdan la esperanza. "Rezo para que se mantengan fuertes con el fin de que puedan hacer frente a esta difícil situación. "El Obispo Mallari dijo que la situación que enfrentan las comunidades indígenas cuando se cierran las escuelas no debe desmoralizar a los estudiantes, sino que deben mantener la esperanza.
El Centro de Aprendizaje Comunitario Salugpongan TaTanu Igkanogon, del que dependen las 55 escuelas, se creó en el 2007. Los militares afirman que las escuelas tienen vínculos con el Partido Comunista de Filipinas y que sirven como "centros de entrenamiento" para los miembros del grupo armado rebelde del Nuevo Ejército del Pueblo (NEP). Casi 1.500 estudiantes de comunidades indígenas ya no asisten a la escuela debido a la orden de cierre.
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