Beata María Emilia Riquelme: El celo de la misionera abarca el mundo entero
Ciudad del Vaticano
María Emilia nació en Granada en 1847. Hija de Joaquín Riquelme y Gómez, y María Emilia Zayas de la Vega. Sufrió la muerte de su madre cuando apenas tenía 7 años de vida. En este momento se toma de la mano de la Virgen María, experiencia que la marcará durante toda su vida.
La vida le sonríe, tiene cuanto una joven puede disfrutar: cultura, posición, además de muchas cualidades que la hacen aún más atractiva y delicada. Se siente atraída por la Eucaristía, vive de ella y siente la llamada a una mayor entrega.
Comienza por poner al servicio su tiempo y cualidades en favor de los más pobres en escuelas para niños pobres, catequesis, visitas a prostíbulos, ayuda a familias necesitadas, etc.
A través de estas realidades, María Emilia descubre que Dios tiene un sueño para ella, consagrarse a Dios plenamente como religiosa.
Lo comparte con su padre, pero él no quiere ni oír hablar de ello; resultado; que por consejo del confesor pospone la opción mientras viva. Así sabe esperar y con gran cariño y dedicación lo atiende hasta el último momento en que muere don Joaquín en Sevilla en 1885.
María Emilia no descansa, capta las necesidades de su tiempo y redobla su trabajo a favor de los más necesitados; quiere vivir el sí que hace años dio al Señor.
Hay tanteos de vida religiosa en diversas congregaciones y, al calor de los Ejercicios Espirituales y de la Adoración al Santísimo Sacramento, nace ese despliegue de total entrega, se lanza a cumplir la voluntad de Dios. Abre un camino en la Iglesia con estilo propio… así al anochecer de un siglo surge la Obra de María Emilia, mejor “la Obra de la Virgen” como ella la llama… en honor de Jesús y María; su nombre: Misioneras del Santísimo Sacramento y María Inmaculada.
Se suceden fundaciones en España. Viaja a Roma y obtiene el Decretum Laudis y la Aprobación Pontificia. Ya, casi al atardecer de su vida, casi con sus noventa años ve con alegría la fundación de Brasil, más tarde Portugal…
Muere María Emilia a los 93 años, después de una vida intensa y plena, en la Casa Madre el día 10 de diciembre de 1940.
Hoy la Congregación cuenta con varias casas en España, Brasil, Portugal, Bolivia, Colombia, USA, Angola, Perú, México y Filipinas.
El 28 de abril de 1991 se Clausura el proceso diocesano de Canonización, y en 1996 se entrega la Positio en Roma, donde ya ha sido estudiada y aprobada por la Comisión de Teólogos, Cardenales y Obispos en el año 2011, a la espera de ser aprobado el decreto de Virtudes heroicas de la Sierva de Dios. En 2008 fueron exhumados sus restos, que se encuentran en la Casa Madre.
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