Día Mundial del Enfermo. Monseñor Pardo: “Abrazar con ternura a los enfermos”
Renato Martinez – Ciudad del Vaticano
“Jesús mira a la persona herida, a la humanidad herida, por ello tenemos que tener ojos que ven, que se dan cuenta, que miran profundamente, que no son indiferentes, que abrazan a cada persona en su condición de salud, sin descartar a nadie, para experimentar la ternura”, lo dijo Monseñor Francesc Pardo Artigas, Obispo de Girona, España, Responsable del Departamento de Pastoral de la Salud de la Conferencia Episcopal Española (CEE), en el marco de la celebración de la Jornada Mundial del Enfermo.
Abrazar a cada persona en su condición de salud
El Obispo de Girona comentando el Mensaje del Papa Francisco para la XXVIII Jornada Mundial del Enfermo destacó, en primer lugar, “las palabras de Jesús, es decir, el título del Mensaje del Papa: ‘Venid a mí todos los que estáis cansados y agobiados, y yo os aliviaré’. Porque de alguna manera es Jesús, lo que ha realizado y realiza mediante su palabra y su acción – explicó Monseñor Pardo – Él, lo propone para aquellos que lo contemplan y se sientan atraídos, para que se sientan empujados a confiar en Jesús y sobre todo, todos aquellos que de alguna manera experimentan la fragilidad humana, el cansancio, la debilidad y el agobio”. Además, el Responsable del Departamento de Pastoral de la Salud de la CEE subrayó que, “esta mirada profunda que nos propone el Papa, cuando dice, la persona está herida, la humanidad está herida, tenemos que tener ojos que ven – precisó el Prelado – que se dan cuenta, que miran profundamente, que no son indiferentes, que abrazan a cada persona en su condición de salud, sin descartar a nadie, para experimentar la ternura”.
Formación y actitud de los agentes de pastoral
Asimismo, Monseñor Pardo Artigas hablando de las diferentes formas graves de sufrimiento que atraviesan las personas enfermas señaló las principales dificultades que tiene que afrontar la Iglesia y sobre todo, la Pastoral de Salud para poder llevar a cabo su misión. “Existen algunas dificultades para los agentes de pastoral al momento de afrontar las situaciones de sufrimiento, sobre todo en el acompañamiento a los enfermos, a sus familias y también a los profesionales de la salud. En este sentido – afirmó el Obispo de Girona – es muy importante la formación del agente de pastoral y la actitud que tiene el agente de pastoral, pero también es importante las condiciones institucionales de los centros de salud, de los hospitales para que faciliten esta actitud de atención a los enfermos y sus familias”.
Acompañar en la soledad a los enfermos
El Responsable del Departamento de Pastoral de la Salud de la CEE refiriéndose al trabajo que este Departamento está llevando acabo indicó que, este año se han centrado en el tema de ‘acompañar en la soledad al enfermo’. “Porque de alguna manera el gran problema de la enfermedad, de este estar cansado y agobiado – precisó Monseñor Pardo – se expresa en la soledad. Tenemos una encuesta que nos dice que el 55 % de personas enfermas sufren no solo en el aspecto material, sino también en el espíritu. De ahí surge la invitación de dejarse llevar a Jesucristo y en esto el agente de pastoral expresa y actualiza lo que hacía Jesús”.
La Iglesia está presente en los momentos de máxima fragilidad
Por último, el Obispo de Girona se refirió a la tentación actual de optar por una solución fácil ante el sufrimiento y la enfermedad, como es el camino de la eutanasia o el suicidio asistido. Por el contrario dijo Monseñor Pardo es importante ayudar a las personas a darles un sentido pleno a su situación de sufrimiento y enfermedad. “Para nosotros lo importante es la vida, por lo tanto es ayudar a vivir en toda situación, en la situación de plenitud, de fuerzas, pero también en la situación de fragilidad y de máxima fragilidad. También en este momento la Iglesia se propone ayudar a vivir en esta situación, pero comunicando vida, comunicando calidad de vida, no eliminándola, no a la eutanasia, por ello es importante la atención paliativa, los cuidados paliativos que engloban el tratamiento médico, el tratamiento espiritual, de llevarles la paz, de administrar los sacramentos si desean, es decir, de alguna manera que pueda vivir los últimos momentos con lucidez y ayudándolos a morir con dignidad”.
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