Obispos de Uruguay: Caridad y oración frente a la pandemia
Alina Tufani-Ciudad del Vaticano
“Un organismo microscópico, que aparece de pronto y hace tambalear a la humanidad; hace colapsar sistemas de salud de países desarrollados; pone en jaque la economía; hace temblar a las bolsas y nos coloca a todos ante la fragilidad que padecemos frente a la enfermedad y ante la posibilidad de la muerte”. Esta es solo una de las reflexiones contenidas en el Mensaje de los obispos de la Conferencia episcopal de Uruguay, en el que manifiestan las dolorosas circunstancias en las que nos toca vivir este tiempo de conversión que es la Cuaresma privados de la Eucaristía y de la oración comunitaria de los fieles.
“Hemos tomado medidas que son inéditas y muy dolorosas para los hombres y mujeres que tenemos fe” - escriben los obispos que, invitan a reflexionar sobre el valor de la humildad ante nuestra condición humana frágil y limitada, pero también a la fuerza de la confianza: “Para los hombres y mujeres de fe, tomar conciencia de nuestra fragilidad no nos desasosiega. Por el contrario, nos anima a confiar más en Dios”
Los obispos recuerdan que la oración y meditar sobre la Palabra de Dios puede ayudar a discernir lo que Dios nos pide en este momento concreto de nuestra historia. “Reza – escriben - el que espera, el que se sabe necesitado. Y tiene esperanza el que reza. La oración es intérprete de la esperanza". De allí, el llamado a frecuentar la oración de los salmos que reza la Iglesia y a dejar que la Palabra vaya evangelizando nuestra forma de sentir y de pensar”.
Un llamado al amor hace el episcopado uruguayo, de modo especial, hacia aquellos que tienen responsabilidades de gobierno, para los médicos y personal de salud. Un llamado también “a no caer en actitudes egoístas de acopiar para mí sin tener en cuenta al otro, sino compartir lo que tengo con el hermano más afectado por esta situación”. Un llamado a la gratitud hacia las numerosas personas que están haciendo un enorme esfuerzo para aportar soluciones, para atender a los enfermos, para ayudar a quienes lo necesitan. “Es una oportunidad para ser agradecidos”- dicen los obispos.
Al concluir su mensaje, el episcopado uruguayo invita a renovar el amor a la Eucaristía, a pesar de la ausencia de la celebración comunitaria. “Esta situación dolorosa – se lee- nos invita a redoblar nuestro amor a la Eucaristía, sacrificio de Cristo que renueva el mundo, 'remedio de inmortalidad', antídoto para no morir, sino para vivir en Jesucristo para siempre". Por último, los obispos exhortan los fieles a dirigir la mirada e invocar la intercesión de María. “En estos momentos de dolor y ansiedad Ella, como buena madre, pone alivio y calma”.
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