EE.UU: gratitud de los Obispos por la aprobación de ayuda para víctimas Covid-19
Renato Martinez – Ciudad del Vaticano
“Nosotros estamos agradecidos por muchas disposiciones que aliviarán a los pobres y vulnerables, incluidas varias resoluciones que ayudarán a los empleadores a retener a sus trabajadores”, lo afirma Monseñor Paul S. Coakley, Arzobispo de Oklahoma City, Presidente del Comité de Justicia Doméstica y Desarrollo Humano en nombre los Obispos de la Conferencia Episcopal de Estados Unidos (USCCB), quienes elogian a los miembros del Congreso y al Presidente por aprobar y firmar la Ley de Ayuda, Alivio y Seguridad Económica ante los efectos del coronavirus (CARES ACT, por sus siglas en inglés), un histórico paquete de ayuda de emergencia para quienes sufren los efectos de la crisis COVID-19.
Dos crisis simultáneas y de propósito común
Monseñor Paul S. Coakley señaló que, estamos en un momento de dos crisis simultáneas y de propósito común. “Mientras experimentamos una de las peores crisis de salud pública mundial en nuestras vidas – precisó el Prelado – también estamos experimentando la que puede ser la peor crisis económica desde la Gran Depresión”. Sin embargo, y a pesar de la rápida difusión del Covid-19, en todo el mundo, estamos unidos en el objetivo común de cuidar a los enfermos, buscar una cura y elevar el espíritu humano. “Es inspirador – subrayó el Arzobispo de Oklahoma – ver los esfuerzos incansables de los proveedores de atención médica, los empleados de supermercados y otras personas que trabajan para mantenernos seguros y saludables”.
2.2 trillones de dólares para la emergencia Covid-19
Asimismo, el Presidente del Comité de Justicia Doméstica y Desarrollo Humano de la USCCB afirmó que, el Gobierno de los Estados Unidos ha estado trabajando intensamente para hacer frente a la crisis sanitaria del coronavirus. Por ello, los “miembros del Congreso y el Presidente deben ser elogiados por trabajar juntos durante largas horas y hasta altas horas de la noche para lograr este acuerdo bipartidista, que ofrece alivio de emergencia a millones de estadounidenses que están sufriendo”. Dadas las extraordinarias necesidades de este momento, precisó Monseñor Coakley, este paquete de $2.2 trillones es la acción legislativa más costosa en la historia de Estados Unidos.
Gratitud de los Obispos por la ayuda a los más vulnerables
Por todo ello, la Iglesia en los Estados Unidos manifestó su gratitud por muchas disposiciones que aliviarán a los pobres y vulnerables, incluidas varias resoluciones que ayudarán a los empleadores a retener a sus trabajadores. También por las provisiones que asistirán a muchas personas que desafortunadamente han sido despedidas y quienes necesitarán ingresos inmediatos, cuando las circunstancias actuales hacen que obtener un nuevo trabajo sea mucho más difícil. “Es bueno que haya asistencia financiera directa para los estadounidenses de bajos y medianos ingresos – subrayó el Arzobispo de Oklahoma – y que habrá una inyección de recursos financieros para hospitales e instituciones de caridad a los que se les pedirá que hagan más que nunca durante esta crisis”.
Continuaremos abogando por los más necesitados
A pesar de que la ley CARES ACT servirá de ayuda para un buen sector de la sociedad en los Estados Unidos, los Obispos señalan que será necesario ulteriores medidas para afrontar esta crisis, ya que existen algunas áreas donde la ayuda y el alivio pueden mejorar. Por ello, los Prelados afirman: “continuaremos abogando por los más necesitados, por la seguridad alimentaria, por las personas sin hogar, por los prisioneros, por los enfermos que tienen grandes facturas médicas, por todos los estadounidenses que luchan para llegar a fin de mes, y por aquellos que han perdido amigos y seres queridos”. Fue decepcionante que cierta ayuda y socorro no se extendiera a los indocumentados, y extremadamente preocupante que se les negara la prueba y el acceso a la cobertura de atención médica a ciertos inmigrantes. La salud y el bienestar de todos en esta crisis se ve amenazada si alguien se excluye categóricamente de obtener ayuda.
Cuaresma es un tiempo para volver a nuestra fe
Finalmente, recordando la reflexión que realizó el Papa Francisco este viernes en la Basílica de San Pedro durante el momento de oración, adoración y bendición, centrado en el relato del Evangelio en el que Jesús calma la tormenta en el mar. Monseñor Coakley dijo que, ahora es un momento de gran ansiedad y angustia. Tenemos menos control de lo que pensábamos. Por ello, invitó a vivir esta Cuaresma como un tiempo para volver cada vez más a nuestra fe, para confiar en el Señor incluso en medio de todos estos problemas. Y citando al Papa Francisco, dijo: “el Señor ‘no nos dejará a merced de la tormenta’. Le pedimos al Señor una vez más que nos diga: ‘No temas’ (Mt 28, 5). Y debemos aceptar el consejo de San Pedro: Echa todas tus preocupaciones sobre él porque se preocupa por ti”. (1 Pe 5,7)”.
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