El Presidente de la CEI saluda al Papa en el Aniversario de su elección
Griselda Mutual - Ciudad del Vaticano
“Conservamos entre los recuerdos más queridos aquella tarde del 13 de marzo de siete años atrás: el tiempo incierto, lloviznaba en Roma, pero ya desde la mañana se percibía en el aire que habría sido un día que quedaría en el corazón por siempre”: comienza así la misiva dirigida al Papa Francisco en el séptimo aniversario de su elección como Sucesor de Pedro del presidente de la CEI, el cardenal Gualtiero Bassetti, en nombre del episcopado italiano.
El purpurado recuerda las “muchas personas” de tantas partes del mundo, que en aquel 13 de marzo de 2013, “llegaban a la Plaza de San Pedro con la curiosidad de descubrir en directo el color de la fumata.
Santidad, queremos pensar que esos ojos dirigidos hacia lo alto no eran solo de curiosidad, sino también de espera: el pueblo esperaba el Papa de lo alto y no desde lejos. Miraban hacia lo alto para descubrir la voluntad de Dios, para preponer los propios ojos en el corazón de Dios, y para cruzar sus ojos con los del Papa, aún a la distancia.
Gratitud
El cardenal Gualtiero Bassetti eleva su gratitud al Padre que está en los cielos por los “innumerables dones” del Santo Padre. Y expresa también su gratitud al mismo Pontífice, “por su continuo tratar de llegar al corazón de la humanidad herida y redimida”.
Gracias por la atención que constantemente dirige a las personas que están luchando: muchos nos dicen que su presencia y sus palabras son lugares en los cuales volver a tomar las fuerzas para afrontar cada día.
Gracias porque nos recuerda que somos dones de Dios para la vida de todos los hermanos y las hermanas que encontramos.
Gracias por su incansable trabajo, por la frescura de sus acciones, por su querer ir siempre más allá cuando hay necesidad de anunciar una belleza.
Oración por la Iglesia en Italia
En las últimas líneas de la misiva el Presidente de la Conferencia Episcopal italiana agradece al Sumo Pontífice “por su atención a este tiempo complicado, hecho de emergencias y de situaciones dramáticas”, y confía “a su corazón de padre”, el camino, el compromiso y la lucha del pueblo italiano”.
"Santo Padre rezamos por usted, que el Señor le conserve la buena salud". Le pedimos humildemente – concluye Bassetti – que rece por la Iglesia que está en Italia, por todos aquellos que en este momento están sufriendo, para que el Señor conceda todos la fuerza necesaria para volver a empezar.
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