Corea del Sur: Los Obispos piden la protección de los trabajadores
Ciudad del Vaticano – Davide Dionisi
"La fuerza motriz de nuestra sociedad son los obreros invisibles, los que trabajan sin clamor y soportan enormes fatigas”. Monseñor Bae Ji-hyun, Presidente de la Comisión Justicia y Paz de la Conferencia Episcopal de Corea, al analizar la fase de reanudación de las actividades, anticipando los temas del Día del Trabajo, habla especialmente de los nuevos pobres y de aquellos que, en un clima de recesión mundial, sufren a causa de los bajos salarios.
Los nuevos pobres
El Prelado recuerda la terrible historia de un empleado de Call Center que tuvo que seguir trabajando, en un ambiente reducido y restringido, a pesar de la enfermedad de su familia. Y destacó que estos centros de llamadas son como las viejas fábricas en las que eran explotados los trabajadores. “Incluso los salarios son tan bajos como antes”, añadió Monseñor Bae Ji-hyun. “Es una reedición de lo que ocurrió hace años en Cheonggyecheon”, es decir el barrio que vio en Corea el nacimiento de la tecnología de la información y que ahora alberga principalmente rascacielos.
La cultura de la persona descartable es más letal que el virus
Según el Presidente de la Comisión Justicia y Paz de los Obispos de Corea:
Según Monseñor Bae Ji-hyun “los nuevos ídolos que hay que combatir son la lógica del capital salvaje, que se utiliza para superar la crisis económica a expensas de los trabajadores indefensos, y la dictadura económica". Y concluye con una recomendación:
La lógica de la ganancia a toda costa
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