EEUU: decepción de los obispos por el nuevo plan de reforma del programa DACA
Ciudad del Vaticano
Tras el reciente rechazo por parte de la Corte Suprema del plan para abolir la "Acción Diferida para la Llegada de Niños" (Daca), el programa de la presidencia de Obama que evitó la expulsión de unos 670.000 jóvenes inmigrantes irregulares que llegaron a Estados Unidos de niños con sus padres; la Administración Trump no renuncia al objetivo de desmantelar las medidas introducidas en 2012 a favor de los llamados "Dreamers", en español "Soñadores".
El Departamento de Seguridad Nacional presentó el nuevo proyecto de reforma anunciado por Trump a mediados de julio, que establece una serie de nuevos límites, en particular la reducción del permiso de trabajo de los "Dreamers" de dos a un año y la exclusión de la posibilidad de presentar nuevas solicitudes.
Los Dreamers aportan 42 mil millones de dólares a la economía
Al respecto, los obispos de Estados Unidos, que en junio habían acogido con satisfacción la decisión de la Corte Suprema, considerando positivo el programa del presidente Obama, expresan ahora su gran decepción:
"Los nuevos límites establecidos en el protocolo tienen un impacto directo y negativo en los jóvenes inmigrantes, sus familias y las comunidades en las que operamos", se lee en una nota firmada por el presidente de la Conferencia Episcopal (Usccb), monseñor José H. Gómez, y por monseñor Mario E. Dorsonville, jefe de la Comisión Episcopal de Migración.
"Durante algún tiempo la Iglesia Católica de los Estados Unidos ha apoyado a los Dreamers y seguiremos estando con ellos", reiteran los obispos, recordando que los beneficiarios del Daca "han crecido en nuestras escuelas y parroquias y ahora están haciendo importantes contribuciones en la Iglesia y en casi todos los ámbitos de la vida americana". La contribución de los Dreamers a la economía americana se estima en 42 mil millones de dólares.
Lograr una reforma migratoria integral y humana
De ahí el renovado llamamiento al Presidente Trump "para que restablezca las protecciones proporcionadas por el programa Daca a los jóvenes actualmente inscritos en el programa, así como para que empiece a aceptar nuevos candidatos potenciales". Igualmente, los obispos se dirigen al Congreso, en particular al Senado de mayoría republicana, instándole a que se una a la Cámara de Representantes para aprobar una legislación "que proporcione certidumbre y un camino hacia la ciudadanía para los Dreamers".
Durante años el episcopado americano ha pedido una reforma migratoria integral que sea a la vez humana y pragmática. En este sentido, el nuevo plan anunciado el año pasado por Trump, que prevé un sistema de puntos que favorece a los inmigrantes cualificados y económicamente autosuficientes que pueden hablar o aprender inglés y que hayan demostrado conocimientos de educación cívica al aprobar un examen; no convence a los obispos, entre otras cosas porque excluye precisamente a los Dreamers.
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