Francia. Diseño de la ley de bioética. Hoy se espera la intervención de los obispos
Isabella Piro – Ciudad del Vaticano
Hace un año, el 18 de julio de 2019, el Consejo de Estado de Francia validó el proyecto de ley sobre bioética. Esta legislación prevé, entre otras cosas, la posibilidad de ampliar el acceso a la Procreación Médicamente Asistida (PMA) a las parejas compuestas por mujeres y mujeres solteras. El próximo lunes 27 de julio, la Asamblea Nacional reanudará el debate sobre la legislación: en vista de este nombramiento, hoy a las 14.30 horas, el arzobispo Pierre d'Ornellas, jefe del grupo de trabajo episcopal sobre bioética, dará una conferencia en línea en el sitio web de la Conferencia Episcopal Francesa (CEF) para presentar el punto de vista de la Iglesia Católica
Ley de bioética, tiene una violencia inherente
Mientras tanto, en su cuenta oficial de Twitter, la CEF publicó esta declaración: “El proyecto de ley sobre bioética -que no es ni bio ni ético- tiene una violencia inherente, a menos que haya un despertar de las conciencias para corregirlo. En nombre del sagrado principio de la libertad, se permite que la omnipotencia de los deseos individuales se desborde”.
Ausencia del padre y la eugenesia
Cabe recordar que ya en una nota difundida el 23 de julio de 2019, los Obispos franceses se preguntaban sobre las consecuencias de la ampliación de la PMA, considerándola “un punto de no retorno” que plantea difíciles cuestiones como la ausencia del padre y la eugenesia. “¿Seguirá nuestro derecho -preguntó el prelado francés hace un año- organizándose en torno a la persona humana? ¿Seguiremos respetando a todos, jóvenes y viejos, por su dignidad, fuente de auténtica hermandad? ¿O permitiremos que el más fuerte domine al más débil, debido a un uso desordenado de la tecnología?”.
Modelo bioético basado en la dignidad humana
Por ello, la CEF mostró perplejidad por el hecho de que “algunos promueven como revolucionario el derecho a una filiación desvinculada de todo vínculo carnal y basada en la intención y el consentimiento”. Sin embargo, los obispos recordaron que “la ley francesa sanciona la indivisibilidad del cuerpo y del espíritu”; por esta razón, el modelo bioético debe basarse en la “dignidad humana”, “un bien precioso que debe ser salvaguardado con determinación”. Frente a unas técnicas “cada vez más sofisticadas y cada vez más accesibles a todos”, la Iglesia de Francia volvió a subrayar que es necesario “proteger al ser humano como un bien, gracias a un derecho que establece relaciones favorables a su desarrollo integral, para contribuir a una sociedad pacífica y unida”.
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