Hiroshima y Nagasaki: obispos estadounidenses rezan por las víctimas
Lisa Zengarini - Ciudad del Vaticano
En vista del 75º aniversario del bombardeo de Hiroshima y Nagasaki los días 6 y 9 de agosto, los obispos de los Estados Unidos se unen al pueblo japonés en oración para recordar a las víctimas y "por las generaciones que han seguido pagando las consecuencias sanitarias y ambientales de estos trágicos ataques". "En esta solemne ocasión", escribe en una nota Monseñor José H. Gómez, Presidente de la Conferencia Episcopal (Usccb), "nos unimos a la voz del Papa Francisco y a su llamamiento a nuestros dirigentes y a los del mundo para que perseveren en los esfuerzos por abolir estas armas de destrucción masiva, que amenazan la existencia de la humanidad en nuestro planeta".
Ser agentes de paz
"Recordando la violencia y la injusticia del pasado, podemos comprometernos a ser agentes de paz como Cristo nos llama a ser", escribe el Arzobispo de Los Ángeles que reitera la urgencia de buscar "siempre el camino de la paz y alternativas al uso de la guerra como medio para resolver los conflictos entre las naciones y los pueblos". Hay que recordar que, con motivo del aniversario, la Comisión de Justicia y Paz de la Conferencia Episcopal de los Estados Unidos convocó para el 9 de agosto un especial Día Nacional de oración, estudio y acción por el desarme nuclear. Con este fin, el sitio web de la Usccb ha puesto a disposición varios subsidios y material de información. El Día tendrá lugar junto con los diez días de oración por la paz, celebrados anualmente por la Iglesia japonesa entre el 6 y el 15 de agosto. La iniciativa fue lanzada por los obispos japoneses tras la invitación a la reconciliación de San Juan Pablo II en Hiroshima el 25 de febrero de 1981, durante su histórica visita al país.
Seguir el llamamiento del Papa Francisco
Ya en febrero pasado, la propia Comisión Episcopal había relanzado el llamamiento contra el uso y la posesión de armas nucleares haciendo suyas las fuertes palabras pronunciadas el 24 de noviembre pasado por el Papa Francisco en Hiroshima, con ocasión de su viaje apostólico al Japón. Esta responsabilidad, había subrayado Justicia y Paz, "pesa en la conciencia de todos", tanto de las naciones que poseen armas atómicas, como los Estados Unidos, que deben tomar la iniciativa de reducirlas, como de las que no las tienen, que "deben abstenerse de tratar de obtenerlas para que el artículo VI del Tratado sobre la no proliferación de las armas nucleares sea un instrumento eficaz" para su completa eliminación.
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