EEUU. Obispos oran por la vida y la seguridad
Alina Tufani-Ciudad del Vaticano
“En nombre de mis hermanos obispos en los Estados Unidos, oro por la seguridad y el bienestar de todos en el camino del huracán Laura”. Así lo expresó, ayer, el arzobispo de Los Ángeles y presidente de la Conferencia de Obispos Católicos de los Estados Unidos (USCCB), monseñor José Gómez en una declaración ante el peligro que corren los habitantes de la costa del Golfo de México y las víctimas que la tormenta ha dejado a su paso.
“Que Dios proteja a sus familias, sus hogares y sus medios de vida. Oramos especialmente por los socorristas y los trabajadores de atención médica y de emergencia. Insto a nuestros fieles católicos y a todas las personas de buena voluntad en todo el país a que se solidaricen con las comunidades que se verán duramente afectadas por esta tormenta y que sean generosos al brindar asistencia”, se lee en el portal de la USCCB. El arzobispo Gómez concluye pidiendo la intercesión del Inmaculado Corazón de María, Santísima Madre, para disminuir el daño y aliviar el sufrimiento causado por esta tormenta.
En efecto, ya son seis las víctimas mortales del huracán Laura entre los estados de Luisiana y Texas, así como los daños materiales causados por las ráfagas de vientos de hasta 240 kilómetros por hora. No obstante, ayer en la tarde, el potente fenómeno se debilitó significativamente al degradarse a tormenta tropical, pasando de la categoría 4 a la categoría 2, según informaciones del Centro Nacional de Huracanes. Laura, hasta ahora la tormenta más poderosa de la temporada de huracanes 2020, causó la muerte de 21 personas en Haití y otras 4 en República Dominicana.
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