Incendios en Sicilia, Monseñor Marciante: provocar un incendio es un delito
Tiziana Campisi - Vatican News
"Mientras, una vez más, contemplando la creación, a través de su belleza, somos llamados a buscar y encontrar a Dios, no podemos dejar de escuchar el grito de sufrimiento que en estos días llega de muchas partes de nuestra tierra de Sicilia": lo escribe Monseñor Giuseppe Marciante, obispo de Cefalù y delegado de la Conferencia Episcopal siciliana para los Problemas Sociales, el Trabajo, la Justicia, la Paz y la Salvaguarda de la Creación, con motivo de la Jornada de Oración por el cuidado de la Creación celebrada el 1 de septiembre. El prelado lanza su grito de alarma ante las llamas que desde San Vito Lo Capo hasta Messina, alimentadas por el viento de siroco y las altas temperaturas, están devastando hectáreas de tierra. "Condenamos enérgicamente cualquier acción que ponga en peligro el enorme patrimonio de biodiversidad de nuestra tierra - dice - con la esperanza de que los culpables sean llevados ante la justicia y recordamos con las palabras del Papa Francisco (en Laudato sí ):
"Espectadores, inermes, hemos sido testigos de la mano criminal del hombre que se levanta para desfigurar y destruir un inmenso patrimonio de fauna y flora, poniendo en peligro incluso la vida y la convivencia humana pacífica de los centros habitados", denuncia Monseñor Marciante, recordando los 44 incendios ocurridos solamente el domingo. Para el obispo de Cefalù "provocar un incendio es un delito que equivale a herir a la propia madre, la que San Francisco alaba en el Cántico de las Criaturas como: ‘Sora nostra matre terra, la quale ne sustenta et governa, et produce diversi fructi con coloriti flori et herba’ (…) que proporciona alimentación a todas las criaturas”.
"Como en Altofonte y en la Reserva dello Zingaro, una vez más la mano culpable del hombre pesa sobre el destino de la creación destruyendo hectáreas de bosque, flora mediterránea y fauna - añade el prelado - además, las llamas han llegado cerca de los pueblos y lugares peligrosos desde los que se podrían haber generado tragedias". Monseñor Marciante expresa a continuación su cercanía "a todos los administradores regionales y locales, a las fuerzas de policía, a los bomberos, a los hombres de la Protección Civil, a los voluntarios y a los que están en primera línea para la salvaguardia, la custodia y la prevención de nuevos brotes que podrían poner aún más de rodillas a nuestros territorios". Finalmente señala que "es necesario tomar conciencia de la responsabilidad personal por el 'destino' de nuestra casa común a partir de la limpieza de los terrenos privados, de los trabajos de para asegurar las áreas de propiedad del Estado". Por último, el prelado espera que "la labor de prevención pueda extenderse durante todo el año" con el empleo a tiempo completo de los trabajadores forestales, que el territorio siciliano pueda ser no sólo una fuente de atracción para los turistas sino también un recurso para el sustento de los jóvenes que a menudo se ven obligados a emigrar por falta de empleo, y que la restauración de los bosques y las zonas dañadas, la plantación y la siembra para reactivar los ecosistemas dañados.
Gracias por haber leído este artículo. Si desea mantenerse actualizado, suscríbase al boletín pulsando aquí