Obispos Estados Unidos: apoyar a los trabajadores inmigrantes y refugiados esenciales
Isabella Piro - Ciudad del Vaticano
Reconocer la contribución de los trabajadores inmigrantes y refugiados esenciales, y apoyarlos, junto con sus familias: es el llamamiento lanzado por la Conferencia Episcopal de los Estados Unidos (Usccb). Ayer, 23 de septiembre, Monseñor Mario Dorsonville, presidente de la Comisión Episcopal de Migración, habló ante el Comité Judicial de la Cámara de Representantes durante una audiencia del Subcomité de Inmigración y Ciudadanía sobre "Los inmigrantes como trabajadores esenciales durante Covid-19". "Los inmigrantes y los refugiados son una bendición para nuestro país", dijo el prelado. "La Iglesia enseña que cada ser humano es creado a imagen y semejanza de Dios y merece dignidad y respeto. "El trabajo humano tiene una dignidad intrínseca", añadió, "que permite que todos compartan la labor de creación, proporcionando los recursos para construir y apoyar a las familias".
Por esta razón, Monseñor Dorsonville subrayó que "las contribuciones de los trabajadores esenciales se han hecho indudablemente más importantes durante el Covid-19: muchos de ellos, de hecho, son ciudadanos estadounidenses, pero muchos son inmigrantes y refugiados. Por ejemplo, "el 31 por ciento de los trabajadores agrícolas de los Estados Unidos son inmigrantes que ponen en riesgo su seguridad para mantener a sus familias y asegurar la continuidad de las cadenas de suministro de alimentos de la nación".
Sin embargo, la Usccb señala que "los principales trabajadores inmigrantes y refugiados son muy vulnerables a la Covid-19 y tienen menos probabilidades de acceder a la atención médica", tanto que "hasta ahora han quedado completamente excluidos de cualquier ayuda o asistencia federal". De ahí el llamamiento de los obispos al Congreso de los Estados Unidos para que incluya a las "familias de inmigrantes y refugiados" en los servicios de socorro anti Covid, tanto en aquellos futuros como los actuales, mediante un ajuste adecuado. Además, los prelados reafirman su apoyo a "un camino hacia la ciudadanía para los trabajadores indocumentados que, sin embargo, han vivido, trabajado y hecho su contribución al país". "Como afirma el Papa Francisco - concluye Monseñor Dorsonville - nadie debe ser dejado atrás".
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