Padre Yves-Marie Lequin: "Esta violencia es un desafío más para la fraternidad"
Olivier Bonnel- Ciudad del Vaticano
La comunidad católica de Niza está conmocionada tras el ataque del jueves 20 de octubre, por la mañana, a la Basílica de Notre-Dame en el corazón de la ciudad. La sospecha de un ataque terrorista dirigido a un símbolo emblemático cristiano, es muy fuerte, especialmente en esta fecha en la que nos acercamos al día de Todos los Santos, cuando la amenaza de un ataque es más contundente.
A pocos kilómetros de la Basílica de Nuestra Señora de la Asunción vive el padre dominico Yves-Marie Lequin, capellán del medio artístico de la diócesis de Niza, quien vivió en primera línea el ataque mortífero del 14 de julio de 2016 que mató a 86 personas en el Camino de los ingleses, dando primeros auxilios a las víctimas.
Una obra necesaria para cultivar la fraternidad
Para nuestro entrevistado, este nuevo ataque a un lugar de culto confirma que las iglesias y la comunidad católica son efectivamente objetivos de esta absurda violencia terrorista, como lo recuerda la muerte del Padre Jacques Hamel unos días después del atentado de Niza en 2016.
Sin embargo, el sacerdote dominico nos invita a no dejarnos atrapar por este ciclo de violencia estéril y nos recuerda la urgencia de trabajar por la fraternidad. Un discurso que no es evidente, pero que "es un efecto de la Gracia que requiere una enorme cantidad de trabajo", subraya.
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