Austria despenaliza el suicidio asistido. Obispos: decisión inaceptable
Lisa Zengarini – Vatican News
Una decisión que representa una ruptura cultural con la anterior protección incondicionada de las personas al final de la vida y que "la Iglesia no puede aceptar". Con estas palabras, el presidente de la Conferencia Episcopal Austríaca (Öbk), Monseñor Franz Lackner, expresó su "consternación" por la sentencia con la que, el 11 de diciembre, el Tribunal Constitucional (VfGH) despenalizó el suicidio asistido (mientras sigue vigente la prohibición de la eutanasia).
El fallo deriva de cuatro solicitudes presentadas con el apoyo de la asociación suiza de eutanasia Dignitas, que pedían que se revisaran y atenuaran las prohibiciones existentes en dos párrafos del Código Penal relativas al "asesinato a petición" y al "suicidio asistido", refiriéndose a una decisión similar adoptada a principios de este año por el Tribunal Constitucional Federal alemán. Según la VfGH, sería "inconstitucional" prohibir todo tipo de forma de asistencia al suicidio, porque violaría el derecho a la autodeterminación. Los obispos austriacos han expresado repetidamente su total oposición a la atenuación de las normas actuales, insistiendo en la necesidad de apuntar a los cuidados paliativos.
"Hasta ahora, cada persona en Austria podía presumir que su vida era considerada incondicionalmente preciosa, hasta la muerte natural. Con su decisión, el Tribunal Supremo ha eliminado una base esencial de este consenso", afirma monseñor Lackner en su declaración, advirtiendo acerca de las graves consecuencias que conlleva este fallo: "Cuando se ofrece la opción de quitarse la vida con el apoyo de otros en situaciones de crisis como una enfermedad grave o la vejez, aumenta la presión sobre los enfermos y los ancianos para que la utilicen. (...) La experiencia de Suiza y otros países en los que ya se permite el suicidio asistido ha demostrado de manera sorprendente que el número de suicidios está aumentando considerablemente, especialmente entre los ancianos".
"El suicidio se presenta como una decisión autodeterminada. Pero - señala el presidente de los obispos austriacos - lo que se pasa por alto es que la decisión de quitarse la vida es una trágica expresión de desesperación". "Quien expresa el deseo de morir en una situación de crisis existencial como la enfermedad y el cansancio de vivir no necesita ayuda para suicidarse, sino cercanía humana, alivio del dolor, afecto y apoyo", dijo Monseñor Lackner, recordando al mismo tiempo el compromiso de muchas instituciones de la Iglesia para asegurar una muerte digna en los hospicios y a través de los cuidados paliativos.
De ahí el llamamiento a la legislatura para que considere todas las vías legales para mantener la legislación actual sobre el suicidio asistido. "Todos (en Austria) deberían saber que su vida es preciosa", concluyó el prelado.
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